Javi Fernández, rey de Europa por sexta vez
El madrileño se ha colgado el oro siempre desde Zagreb 2013
Javi Fernández (Madrid, 1991) se proclamó en Moscú campeón de Europa por sexta vez consecutiva, algo que no sucedía desde 1936. El español hizo un buen programa de El Hombre de la Mancha, que le valió para superar a los rusos Aliev y Kolyada.
Javier Fernández escribió un nuevo capítulo del Quijote, en él conquista Moscú. Vestido de Hombre de la Mancha, el madrileño ganó su sexto oro europeo consecutivo, una hazaña que empezó en Zagreb 2013 y que se remató en la capital rusa, donde Superjavi se convirtió en el primer patinador en 82 años que suma seis títulos continentales seguidos después de que el austríaco Karl Schafer (se llevó ocho) lo hiciera en 1936, en el Berlín nazi.
Sonó el tema del musical de Mitch Leigh sobre el Hidalgo de la Mancha y Javi, con camisa de época, irrumpió en el hielo moscovita, lleno. Plushenko, el mito del patinaje ruso, miraba atento el espectáculo. El de Cuatro Vientos no hizo el programa perfecto, pero más que suficiente para ser campeón. Comenzó finísimo, clavando el cuádruple toe loop y el cuádruple salchow combinado con triple toe. Con esa base sólida, su show luego tuvo fisuras al tocar la mano en el suelo y otro traspié que le impidió hacer el tercero de sus saltos cuádruples. Se descentró, aunque su Quijote sigue siendo genial a nivel estético... Notable, con margen de mejora.
Inigualable. El veredicto fue 191.73: 96.59 de parte técnica y 95.11 de componentes. Eso, añadido a los 103.82 del programa corto dejó en 295.55, uno de sus marcadores más altos. Desde hace seis años hasta ahora, no hay ningún patinador en Europa que pueda hacerle sombra, pese a que Aliev, un ruso de 18 años, se marcó un brillante programa para cazar la plata (274.06). Es el futuro, pero Javi, con 26 años, es el presente. Kolyada, otro ruso, se colgó el bronce.
El madrileño se reconcilia así con Moscú, esa ciudad en la que vivió momentos grises y de soledad en su sueño de llegar a la élite mundial. Fue a Canadá y vio la luz. Mereció la pena. Con estos seis oros continentales seguidos iguala con Bockl como el cuarto con más títulos de todos los tiempos. A ese palmarés hay que sumarle dos Mundiales y le falta una medalla olímpica. En Pyeongchang tendrá su oportunidad.