Se veía venir y se sigue viendo
Si alguien pensaba que las numerosas goleadas encajadas por el Sevilla durante la temporada eran únicamente un problema de sistema defensivo, ayer debió ver la luz. El sistema ha fallado durante gran parte del curso, sí, pero el nivel de los defensas del Sevilla está a años luz del que se presupone a un equipo Champions. Se veía venir en verano, se confirmó en otoño y no se enmendó en enero. Una cabezonería que hace que el Sevilla se lleve, prácticamente, una goleada sonrojante al mes. Y así es imposible mirar a los puestos de Champions League y habría que empezar a preocuparse, y mucho, de asegurar la presencia en la Europa League.
En octubre se calificó de mala suerte las lesiones simultáneas de Carriço y Pareja. En enero, no se han fichado centrales porque ambos iban a estar recuperados. Y así es, pero suponer que estos dos futbolistas tras cuatro meses de inactividad van a llegar y competir a su máximo nivel es vivir en un mundo irreal. Como no presuponer que un central joven como Lenglet va a cometer errores graves de desconcentración propios de su edad. O que, puestos a gastar más de 10 millones en un central de jerarquía, quizás no había que ir a por un danés que estaba en Turquía. Al final, todo se cae si no juega Mercado, que en principio iba a ser lateral derecho. Se veía venir y se sigue viendo. Menos por parte de quien lo debe solucionar.