Guerra y Bebé, del banquillo a liderar la victoria del Rayo
A Míchel le funcionaron los cambios ante un filial combativo
El Rayo demostró una vez más que tiene gasolina para perseguir el ascenso directo y encadenó su quinta jornada sin perder. Míchel apostó por Bebé y Guerra para virar el rumbo del partido y le salió de dulce: ambos marcaron y lideraron una valiosa victoria a costa de un combativo Sevilla Atlético, que se quedó con el depósito vacío tratando de esquivar su suerte. El filial pinta mal y se hunde aún más en la tabla.
El duelo tardó en desperezarse, las ocasiones se resistían: tímidas, asomaban con cuentagotas. Y en esas, Unai se convirtió en el más activo de los franjirrojos, suyo fue el primer disparo entre los tres palos, aunque Soriano no sufrió para atajarlo. Un anodino tira y afloja donde los hispalenses lo intentaron a balón parado y los madrileños, con tiros lejanos. Sin ‘uy’, sin miga. Hasta el 42’, cuando Curro --a pase de Aburjania-estrelló un mano a mano en la madera y Alberto terminó despejando el esférico.
El Sevilla Atlético salió con más sangre tras el descanso y Gual obligó a Alberto a sacar la manopla. Eso y la entrada de Bebé y Guerra espolearon a los vallecanos. Es más, apenas tres minutos después, el malagueño cabeceó un córner y puso el 1-0. Ahí, los visitantes no bajaron los brazos y se electrizó el choque, más despierto que nunca, vertiginoso. El filial buscó las contras, pero no podía quitarse de encima al Rayo. Soriano no paraba de achicar aguas y ocasiones.
Aún quedaban tiempo y sorpresas. Bebé se inventó un zapatazo a la escuadra y marcó el 2-0, secando la garganta de la grada. El Rayo no quita el pie del acelerador, aunque resten muchos kilómetros hasta meta. Para alcanzarla, será clave el fondo de armario tan prometedor del que Míchel hace gala.
Míchel La primera parte no hemos estado bien. Cambiamos a 4-4-2, marcamos el gol y estuvimos mejor. Si todos remamos en el mismo lado lograremos un premio muy gordo”. Tevenet Otra vez nos vamos de vacío compitiendo bien. Es duro preguntarse por qué siempre la misma película. Cuando llegan momentos difíciles, la inexperiencia nos perjudica”.