La NBA abre el All Star presumiendo de futuro
Por segunda vez en doce años no habrá españoles
El Staples Center, epicentro del baloncesto de la Costa Oeste desplazado por el ascenso de los Warriors y la crisis de los Lakers, vuelve a reunir este fin de semana a todo el star system de la NBA, como en 2004 y 2011. Y como hicieron antes en Los Ángeles el legendario Forum de Inglewood (1983) y el vetusto L.A. Sports Arena (1963) de University Park. Este último emplazamiento fue la primera parada en la ciudad de los Lakers (llegaron desde Mineápolis) y los Clippers (San Diego).
Aquellas mudanzas (en 1960 y 1984) estarán presenten a través de las equipaciones retro de este Rising Stars Challenge que abre el All Star Weekend y que, por cuarto curso seguido, enfrenta a jugadores de primer y segundo año elegidos por los técnicos asistentes de las treinta franquicias y divididos entre los estadounidenses (Team USA) y los del resto del mundo (Team World). Hasta ahora, 2-1 para el equipo del mundo, que este año solo tendrá cinco europeos, récord negativo con este formato. Y que, por segunda vez en doce años, no tendrá españoles: desde 2001 lo han jugado Pau, Garbajosa, Navarro, Rudy, Marc, Ibaka, Ricky, Mirotic y, el pasado año, Willy y Abrines.
La NBA probó y probó hasta llegar al actual formato. Muchos cambios hasta desembocar en este morboso EE UU-Resto del Mundo que este año reúne a una de las generaciones de talento joven más increíbles de la historia del baloncesto.
Curiosamente, el extraordinario draft 2017 no presumirá ni de número 2, un Ball parado por una lesión de rodilla, ni del 1, un Fultz al que un extraño problema de hombro ha estropeado la mecánica de tiro. Dos ausencias importantes que no empañan el brillo de una cita en la que, conviene recordarlo por si cae algún récord, nadie ha anotado más que Durant (46), reboteado más que Drummond (25) ni asistido más que Wall (22).