En Bilbao no hay posible marcha atrás

El Athletic ha mostrado su cara buena en dos raciones en cuatro días: la primera parte ante el Málaga y la segunda ante el Valencia.

Así que San Mamés ya no va a consentir un nuevo frenazo. Ya no hay marcha atrás. O el equipo acaba el año con ese aire decidido, aventurero, robando juego al rival en la frontal del área enemiga, o volverá a recibir el castigo de la gente. Y nada mejor que pisar el

Sánchez Pizjuán, escenario de frustraciones recientes, desde la eliminación europea, hasta la grave lesión de Muniain y las tres derrotas ligueras seguidas en las que no se vio puerta. El reto es grande, y más con la saturación de Raúl García y Aduriz.O Beñat, clave a la hora de dar sentido al juego, que lleva 172 minutos en menos de una semana y tras venir de lesión puede recomendar un momento de un descanso.

Oel mismo San José, con tres partidos completos a las espaldas encadenados. La baraja se va ampliando. Córdoba recupera la chispa de otoño y De Marcos contagia muchísimo con sus ganas, su aire revoltoso y su aparición en las rupturas. No hay presión por los puntos y resulta imperdonable que el equipo se acurruque en su área cada vez que marca. Porque

Cuco tiene un dilema: ha de cuidar y confirmar lo bueno que ha florecido esta semana, pero tanto o más importante que eso es preparar la eliminatoria ante el Marsella, declarada de alto riesgo por los ingredientes que reúne. Quedan cinco partidos hasta el parón y quitando el último, ante el

Barça, sería imperdonable rebajar la nota del miércoles. No hay excusa: está enfrente el

Sevilla, igual de castigado por la acumulación de actividad.