Butarque acoge un duelo entre rivales deprimidos
El colista pondrá a prueba a un Leganés extenuado
Noventa minutos son una frágil frontera. Hoy Butarque será liviano confín entre dos realidades alejadas, pero deprimidas en la incertidumbre de sus recientes resultados negativos. De un lado, el Leganés, que vive relativamente tranquilo tras haber aprovechado el otoño para hacer acopio de puntos frente al duro invierno que ha supuesto el recién clausurado mes de febrero. En sus 28 días, cuatro derrotas, dos empates y ninguna victoria (sólo un gol a favor; once en contra) han ubicado a los pepineros en el 16º puesto, su peor clasificación de la temporada. La imagen extraña. En la retina aún reluce el recuerdo del Pepinazo o esos días de 2017 en los que hacerles un gol era misión imposible. Dice Garitano que es cosa de un calendario afortunadamente apretado, consecuencia de sus éxitos coperos. El desplome les ha hecho olvidar el cielo. Ahora andan con cuidado de no zambullirse en el infierno.
El Málaga es uno de esos cuatro equipos ahogados en la brega por sobrevivir. Aunque bregar, lo que se dice bregar, hace tiempo que no brega. Martiricos empieza a oler a Segunda. Con José González acumula cinco derrotas consecutivas. En sus últimos doce partidos no ha visto victoria alguna. Tragedia con pocos visos de vuelco. La única opción de catarsis pasa por ganar hoy y mudar los nervios a los madrileños.
Ricca apunta a novedad del once boquerón en lugar de Diego González. Success, ni convocado. Lacen e Iturra seguirán sosteniendo su medular. El Lega recupera a cinco futbolistas de una tacada: Rubén Pérez, El Zhar, Siovas, Beauvue y Brasanac. Artillería pesada que blindará un once casi de gala en el que el exmalaguista Amrabat se intuye suplente.