¿Es el mejor método para ganar?
Las alabanzas al Betis entran en escena cuando logra afinar su maquinaria y regalar a los espectadores actuaciones notables en el apartado ofensivo. Los últimos duelos mostraron la clara intención del equilibrar la balanza para evitar que el casillero de los goles en contra creciera sin límites. Pero las miras prioritarias son claras: El equipo quiere ganar, el técnico quiere ganar y la afición verdiblanca quiere que su equipo gane y concrete con más argumentos su candidatura a los puestos europeos. Y la filosofía expuesta por Quique Setién desde inicios de temporada deja luces y sombras hasta el momento en su intención por sacar el máximo partido al plantel que tiene en sus manos. Hace una vuelta, el 3-6 sufrido ante la afición bética frente al Valencia supuso un revés que desnudó muchas de las carencias del equipo, no sólo a nivel de planificación sino también en el marco de un desequilibrio que quiere corregir el propio técnico.
Hay pocas dudas sobre que el método de Setién haya sido beneficioso para el equipo bético. Logró concienciar al grupo que este estilo puede ser victorioso, mantiene a casi todo el plantel conectado pese a apostar por numerosos canteranos en lugar de algunos de los fichajes más cotizados del pasado verano y también lanzó al primer plano a Fabián desde que apostó por él en pretemporada. Si logra ejecutar la búsqueda del equilibrio, su fórmula debe corregir muchas de las carencias que el equipo evidenció hace una vuelta ante el Valencia en el Villamarín. El choque de Mestalla supone una nueva prueba para su filosofía, la enésima en la búsqueda de regularidad para optar a la séptima plaza del campeonato y agarrar el sueño de volver a Europa. Para ello deberá ganar más que en la primera vuelta. ¿Es el mejor método para ello? Hasta ahora esbozó con ello más virtudes que defectos.