Leo Baptistao provoca la destitución de Muñiz

Empató el partido en el minuto 90 y el Levante echó al técnico

Dramático final para el Levante. Alivio de los pericos. Así son los empates. Siempre dejan mejor a uno que a otro. Y en este caso el mazazo al Levante le costó el cese del técnico y quizá caer por primera vez en descenso si Las Palmas gana hoy en Balaídos. Todo lo contrario que un Espanyol al que salir indemne del Ciutat le vale de sobra, al menos, para vivir tranquilo. Una derrota hubiera sido volver a ver a fantasmas. Pero el tanto salvador de Leo se puede decir que vale un año más en Primera, si bien les aleja del sueño europeo.

El Espanyol llegaba con la lección aprendida de cómo se le puede hacer más daño al Levante. Es sencillo: centros laterales. A los granotas les suelen rematar casi todo balón que va colgado al área. Y a partir de ahí que Dios reparta suerte. Así llegaron los dos primeros remates de Baptistao.

Los granotas se pudieron adelantar en la primera mitad con la ocasión más clara en las botas de Pazzini que fusiló dentro del área pero se encontró con los reflejos de Diego López. Poco después, medio Ciutat cantó gol cuando el italiano remató en el segundo palo un balón que acabó en el lateral de la red. Al Espanyol le faltaba algo. Quizá la necesidad de los locales que tras el descanso se encontraron con un penalti tan claro como absurdo (aunque venía precedido de un fuera de juego) de Navarro a Cabaco. Morales no falló. Pero el partido se les hizo demasiado largo.

Y de eso se aprovechó el Espanyol que encontró en una genialidad de Jurado un balón de oro para que Baptistao salvara los muebles