El PSG se entrega a los ultras
Estaban vetados pero los ha reintegrado y dado espacio
La campaña que el PSG ha hecho para calentar el partido apoyándose en los ultras tuvo su fin de fiesta ayer. Un centenar de violentos esperaron al autobús del equipo antes de que se concentraran. La fotos que ilustran este texto son de ese momento...
El PSG se había quitado de encima a los ultras en 2010 casi sin pretenderlo. Fueron las autoridades parisinas quienes les vetaron tras un asesinato que sobresaltó a todo un país, el del ultra del PSG de 37 años Yann Lorence, fallcido después de estar dos semanas en coma por una paliza de otro bando de ultras del equipo parisino antes de un partido ante el Marsella. Lorence era miembro de los Boulogne Boys, de extrema derecha. Los violentos que le dieron la paliza del grupo Auteuil, de extrema izquierda y más multicultural. Todos del PSG, todos juntos… Un polvorín en Parc des Princes.
Hasta 2016 los ultras desaparecieron del estadio. Pero el movimiento siguió latente y Al Khelaifi ha terminado por entregarse a él, convencido de la promesa de los violentos de que no lo serían y de las ventajas de tener un estadio con colorido y mucho ruido en los fondos. Las conversaciones para su vuelta fueron largas en el tiempo. El presidente del PSG decidió ir introduciéndolos poco a poco en el Fondo Auteill (fondo norte). Pero esa parte de la grada se ha ido superpoblando. Y no hay filtro. En enero de 2017 se pasó una barrera y se hizo público. Entró a la grada Romain Mabille, uno de los antiguos líderes con mayor historial directivo. El PSG se ha entregado definitivamente a los ultras con su campaña de propaganda para calentar el partido ante el Madrid y abrirá el otro fondo, el Boulogne (el sur) para ubicar a unos cuantos violentos más. “Esto es la guerra”, ha sido una de las consignas de los actuales ultras del PSG, que se agrupan con el nombre de Collectif Ultras Paris (CUP) y que están perfectamente organizados, con cuenta de Twitter (tiene más de 35.000 seguidores) y acceso al vestuario de los jugadores. Thiago Silva y Mbappé, entre otros jugadores, tuvieron que rendir cuentas ante los cabecillas en la ciudad deportiva de Le Camp des Loges tras la derrota del Bernabéu (3-1).
Ahora, los ultras del PSG vuelven a sentirse importantes. Tienen la financiación del club para viajar (hubo 500 de ellos en Troyes), permisividad para introducir bengalas, para reunirse con los jugadores… Al Khelaifi tiene lo que quería, un estadio animado y presión para los futbolistas… Pero también ha abierto la puerta a un serio problema que había dejado de existir.
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El club les tolera meter bengalas y reunirse con los jugadores