Williams fue un diez como 9 ante un Villarreal afligido
Ziganda lo puso de ariete y decidió ante un gran Asenjo
Visto lo visto, conviene aclararlo. El Villarreal, de capa caída, aún lucha por Europa aunque insista en complicarse. El Athletic, imperioso como no se recordaba, es el que vive en zona de nadie mientras busca entrenador. Partidos como éste demuestran que pronosticar es de atrevidos y que lo del favoritismo es un ejercicio relegado para las madres. Ziganda dio un serio meneo a Calleja por tierra, mar y aire que abre un debate sobre el futuro del Submarino y que permite al Athletic ganar en Liga en La Cerámica 14 años y 13 partidos después. Su última alegría fue en 2004 con un gol de Jonan García, ahora en la cárcel.
El Villarreal no pudo encarar peor este partido. Un día antes Calleja se cargó a Castillejo de la lista, quizás recordándole que no puede estar más atento a las novias que a los objetivos. El ambiente enrarecido se torcería más. El técnico tuvo que dejar fuera horas antes a Víctor Ruiz por gastroenteritis, en el 6’ perdió a Fornals por un nuevo y escalofriante desvanecimiento y en el descanso se vio obligado a cambiar a Bonera por lesión. No es extraño que el Submarino pareciera descolocado. El Athletic acabó de marearle. Todas las noticias ofensivas del primer tiempo fueron suyas. Desde el gol de Córdoba (4’), tras un centro de Williams, hasta otra ocasión de Raúl García que repelió Asenjo como si fuera el mismísimo Paco Sedano.
El Athletic lo hizo todo bien. Si no goleó fue porque Asenjo tiene poderes. Sólo demostró ser humano en el 0-2 al despejar al centro una bala para que Williams, una centella en el área, sacara cuerpo y medio a los demás en el rechace y machacara. Él mismo pudo sentenciar después varias veces. Ya nadie pensaba en Aduriz. El Villarreal, sin creer ni inquietar, se plantó en una jugada aislada ante Kepa con una arrancada de pillo de Bacca, que pudo haber hecho falta a Núñez. Definió con el exterior. Su gol hizo que a veinte minutos del 90’ aún hubiera chicha. Sin embargo, la única sorpresa ya fue ver a Jaume Costa pelearse con el médico de su club. La emoción la puso Muniain. Volvió y marcó.
Volvió Muniain Salió al final tras seis meses de lesión e hizo el 1-3