Tavares asusta al Estu y Llull brilla en su regreso a la Liga
El pívot, 13 puntos y 13 rebotes ● El base, 17 de valoración
El Estu llegaba al derbi dando brillo al gancho, el que le había permitido no desacoplarse del vagón que aspira al playoff. Y el Madrid volvía a casa como visitante tras el tremendo subidón del viernes, cuando agarró el billete para su quinta Final Four en seis años. La necesidad clasificatoria urgía a los colegiales y las ganas de tregua, a los blancos tras un enorme desgaste físico y emocional. Pero no hubo partido, casi ni pasión. Derbi edulcorado: comodísimo para el Madrid, al que le sobró con la inercia de la Euroliga y su amplísima rotación (Yusta y Radoncic fueron titulares). Al frente, un demoledor Tavares.
El pívot de 2,20 desbordó al final del segundo cuarto el umbral de resistencia del Movistar Estudiantes. Provocó el pánico en el adversario. Cerró el espacio aéreo, agarró cada balón rechazado y se infló a hacer mates. Al descanso sumaba 9 puntos, 9 rebotes y 22 de valoración en apenas 11:35. El Real ya mandaba por 13 (31-44) con un parcial que en la reanudación se estiró hasta un 0-12 (31-49). El descosido alcanzó los 30 en el último acto (56-86).
Mientras nadie hacía sombra a Tavares en las alturas, Doncic, Thompkins y Llull se lucían en ataque. Y Yusta anulaba a Landesberg de inicio (solo 6 puntos en dos cuartos). El base menorquín regresó a la Liga diez meses después y, tras un pequeño susto en una caída, se sintió cómodo. Ha vuelto a un nivel que ni el más optimista esperaba. En tres duelos, los dos ante el Panathinaikos y el de ayer, promedia 11 puntos, 4,7 asistencias y 10,7 de valoración en 19 minutos. Doncic aprovechó para exhibirse driblando al galope y Thompkins para destilar clase con cada gesto (6 de 7 en el tiro y 5 asistencias). El Madrid precisa un solo triunfo para cerrar el primer puesto.