Venció el VRAC, ganó el rugby
El Ciudad de Valencia albergó algo más que una final de Copa del Rey. Valencia pudo vivir uno de los seis mejores derbis del mundo ovalado. Tal oportunidad no quisieron desaprovecharla los miles de aficionados al rugby que hay en la Comunitat Valenciana, la tercera con más fichas de España, y con cuatro clubes con arraigo en su capital, aunque todos ellos lejos hoy de la élite. Tampoco quisieron perdérselo los centenares de hinchas vallisoletanos que se desplazaron hasta Valencia para estar con los suyos.
En total fueron 15.159 los espectadores, en una fiesta de color y respeto en la grada, y de valores en el campo. Una cultura del esfuerzo que es también bandera de la Fundación Trinidad Alfonso, entidad que preside Juan Roig y que junto a César Sempere, uno de esos locos apasionados que dan vida a cualquier deporte minoritario en España, apostó por la candidatura de Valencia, cuya organización fue un éxito. El rugby español tiene que exprimir al máximo la dulce fase en la que habita. Goza de salud para poder dar ese salto cualitativo (en el campo) y cuantitativo (apoyos económicos) que necesita para crecer. Ojalá la experiencia de Valencia sirva para que en próximos años más ciudades, más emprendedores como Sempere, aspiren a organizar una final. El rugby necesita expandirse y no recluirse.