España arregló el error francés
No hay mal que por bien no venga”. Este refrán popular tiene su equivalente en francés y es exactamente lo que sienten ahora mis compatriotas respecto a la carrera de Antoine
Griezmann. Todo el mundo sabe que el delantero del Atlético fue rechazado por los centros de formación franceses, empezando por el de
Lyon (donde se juega la final) y que se tuvo que ir a España para gozar de la oportunidad de ser futbolista profesional. En las canteras galas preferían los portentos físicos a los talentosos pero pequeños jugadores como el chico nacido en Macon. Un error histórico que, seguramente, ha privado a Francia de cracks que hubieran reforzado los grandes clubes y dado a los
Bleus más posibilidades de volver a ganar un Mundial.
Los dirigentes del fútbol galo deberían tener remordimientos por todo esto.
Sin embargo, en el caso de Griezmann, España arregló el error de Francia. Porque en la cantera de la Real Sociedad construyeron un inmenso jugador que, luego, el Atleti y Simeone hicieron todavía más brillante y competitivo. Cabe recordar esta historia ahora que Antoine vuelve a pisar su tierra natal para, entre otros muchos objetivos, subrayar esta equivocación inicial. Después de los remordimientos, los franceses nos sentimos agradecidos porque, gracias a España, podemos disfrutar de una gran estrella. La única que nos permitirá soñar dentro de un mes en Rusia.