Huesca se tiñe de azulgrana para celebrar un histórico ascenso
El equipo recorrió la ciudad en un autobús descapotable La fiesta terminó en una abarrotada plaza de Navarra
La ciudad de Huesca se volcó con su equipo de fútbol en uno de los actos más multitudinarios que se recuerdan en la capital del altoaragón. Buena parte de los 52.000 habitantes acudieron a una fiesta que comenzó en El Alcoraz, que se trasladó a muchas de sus calles principales en un autocar descapotable y que acabó en el centro de la localidad en el balcón del emblemático edificio del Casino, en una abarrotada plaza de Navarra.
Los jugadores y cuerpo técnico celebraron en dicho autobús una fiesta totalmente ataviados con bufandas, banderas y camisetas conmemorativas de un hito con mayúsculas. El argentino Chimy, el joven colombiano Cucho y el capitán Melero fueron los más aclamados y ellos devolvieron ese cariño con cánticos y bailes desde el vehículo, que transportaba a más de sesenta miembros de la expedición ante el clamor de las calles oscenses.
El momento más esperado llegó con la llegada de los héroes del ascenso a la plaza de Navarra. Antes de bajar del bus descapotable, Akapo, Camacho, Remiro y Melero cogieron el micrófono para agitar a las masas azulgranas, que se agolpaban en la céntrica plaza. Posteriormente llegó el paseíllo de los futbolistas, que fueron pasando entre saludos, fotos y firmas a la hinchada azulgrana.
El primero en mandar un mensaje a la afición fue el presidente Agustín Lasaosa: “El Huesca va a estar en la mejor Liga del mundo. Quiero un recuerdo para todos los azulgranas que nos animan desde el cielo y en concreto para Armando Borraz, el expresidente de la entidad oscense”, explicaba emocionado el actual máximo dirigente. Posteriormente, pasaron uno a uno los jugadores por orden de dorsales. Empezando por Remiro y acabando por Bardají.
Entre las declaraciones más destacadas estuvo la de Moi Gómez, la últimas incorporación azulgrana: “Estoy muy feliz de haber venido aquí y hacer historia con el Huesca. Quiero daros las gracias por el apoyo y el cariño que me habéis dado desde que llegué”. Chimy Ávila habló entre cánticos sobre su futuro: “Uno no sabe si se queda o se va. Lo que es seguro es que Huesca es mi segunda casa”. Sí que sonaron a
Rubi “No se puede ser más feliz. Sigamos disfrutando. Esta ciudad tiene duende”
Lasaosa “Un recuerdo para los que animan desde el cielo, en concreto para Armando Borraz”
despedida las palabras de Vadillo: “Siempre llevaré a Huesca en mi corazón”.
Una de las declaraciones más esperadas de la noche fue la del técnico que ha hecho posible el primer ascenso del Huesca a Primera División: “No se puede ser más feliz. Os pido que sigamos disfrutando. Esta ciudad tiene duende. Haga lo que haga, tengo una segunda casa”, comentaba Rubi mientras toda la plaza de Navarra le pedía que se quedase la próxima temporada. Para acabar, Petón puso la guinda final: “Lo dijimos hace mucho, dijimos que íbamos a estar en Primera y seguiremos mirando al frente”, sentenciaba uno de los precursores del proyecto que está tocando el cielo futbolístico.
El final de fiesta llegó con el himno de la Sociedad Deportiva Huesca, que cantaron juntos jugadores, directivos y aficionados. Una fiesta de más de tres horas que los jugadores concluyeron con una cena en un céntrico restaurante oscense. Un acontecimiento sin precedentes en la capital del altoaragón, que se tiñó de azulgrana para celebrar un histórico ascenso a Primera y demostró que Huesca y su equipo de fútbol son uno.
Petón “Dijimos que íbamos a estar en Primera y seguiremos mirando al frente”