Harley Deluxe una clásica puesta al día
El tradicional estilo de la marca se combina con las cualidades de un propulsor más contundente y las mejoras de comportamiento que aporta el rediseñado chasis Softail
El trabajo que Harley-Davidson está haciendo con la puesta al día de sus motos es simplemente encomiable. No resulta sencillo combinar tradición con evolución en una marca tan emocional como la americana, siempre pueden producirse tensiones en un compromiso delicado. Modelos como la nueva Softail Deluxe refrendan el acierto del camino elegido, por mucho que algunos puristas consideren que se realizan concesiones innecesarias a la modernidad.
La Deluxe conserva inalterado todo su encanto estético, un diseño clásico inconfundible e inimitable que envuelve, sin embargo, importantes aporLa taciones técnicas tanto en su motor como en su chasis. Empezando por este último, se trata de la última versión del concepto Softail de la casa, es decir, replicando un bastidor rígido en su parte posterior pero que en realidad oculta un único amortiguador bajo su asiento monoplaza.
El propulsor es el legendario bicilíndrico en V a 45º en su última generación Milwaukee-Eight, con una cilindrada próxima a los 1,8 litros y alimentado por un sistema de inyección electrónica secuencial. En todo caso, su gran aportación son las culatas de cuatro válvulas, capaces de aportar una contundencia de respuesta entusiasmante al mismo tiempo que reducir las emisiones para poder superar la exigente normativa Euro4.
Deluxe es una Harley con todas las de ley, una moto de ésas que llaman la atención a su paso y que retrotrae a lo mejor de la tradición de una marca que este año celebra su 115 aniversario. Eso no es suficiente para un cliente cada día más exigente y es así como se descubre un motor que también mantiene su esencia pero que ahora es más brioso de respuestas, con un cambio de mayor precisión y prestaciones sobradas para afrontar cualquier desafío.
La progresión dinámica tampoco es una cuestión menor. Suspensiones confortables pero efectivas, aplomo en las trazadas (no tanto agilidad, obviamente) y unos frenos suficientes pese a su único disco delantero. Disfrute garantizado... a precio Harley, eso sí.