Muniain alegra el debut de Berizzo en el descuento
El empuje local abatió al Leganés en un día de porteros
Bilbao anda de fiestas y Muniain se apoderó de la algarabía con una apoteósica traca final en el estreno de curso en San Mamés, un partido de porteros, por los que estaban, que brillaron, y Remiro, enviado a la grada. No andaba para tirar cohetes el Athletic, pero los males los arreglan los goles. Un gol de Iker en el descuento, con los ánimos por los suelos, levantó a la tropa del asiento. Un centro de Capa por la derecha y la burla de Susaeta y Williams dejando pasar la bola causó un estropicio en la hasta ahí férrea defensa del Leganés. Hubo más aliento local en el suspiro definitivo.
Previamente cogió el foco Nolaskoain, ese chaval zurdo que Berizzo reconvirtió de medio ofensivo a central por su delicadeza al sacar el balón desde la cueva defensiva, con un gol de córner a la media hora. Y rozó el doblete en el 86’. Era el bautismo de San Mamés esta campaña, equilibrado cinco minutos después por Silva tras un rechace en el propio Nolaskoain y otro en Yeray que se coló.
En ese tramo del partido, Berizzo ofreció parte de su repertorio, con los laterales viviendo en campo ajeno, aunque a Aduriz no le nombraron los narradores radiofónicos hasta el minuto 20. Hubo cierto goteo de fútbol, ante un Leganés muy encerrado, con las líneas juntas, pero por momentos se advirtió que la vida no cambia sólo en un partido: el equipo local acabó la primera parte planito, recordando al grupo poco profundo y sin centros laterales del año pasado, y una llegada del enemigo significó un gol.
El partido frenó en seco, porque los leones se contagiaron del ritmo enemigo. Con todo, entre la trampa de Pellegrino y el desplome local, la gente, que se traía aire de fiesta por la Semana Grande bilbaína, se fue avinagrando. Viscoso el Athletic, le costaba un mundo enlazar al medio campo con la delantera. A perro flaco... pues eso, que Aduriz se lesionó muscularmente en el 68 tras un buen remate de cabeza que atajó Cuéllar. El partido entró en zona bacheada con malos gestos y más de un roce. También se lesionó Carrillo, que salió en camilla. El partido parecía irse por el desagüe, no sin antes dejar algo reconfortante para la platea en el fuego habitual para acabar: el gol final de Muniain y un paradón antes de Unai Simón a remate de Ojeda.
Unai Simón Hizo un paradón a Ojeda y Cuéllar estuvo fino también