El ‘Tiburón’ Nibali voló agarrado a un coche del Astana
Expulsado en el Caminito del Rey
El foco apuntaba a Esteban Chaves, Chavito, que había logrado su primera victoria en una grande, se había enfundado el maillot rojo y había distanciado en 26 segundos a Nairo Quintana y Purito Rodríguez. El ganador del Tour del Porvenir de 2011 resurgía en la Vuelta a España, ya recuperado de una grave lesión en el plexo braquial que estuvo a punto de dejarle sin movilidad en el brazo derecho, como le diagnosticaron hasta siete especialistas.
Chaves acaparaba el protagonismo en aquella primera visita al Caminito del Rey, en 2015, hasta que empezó a circular y a viralizarse una toma de Eurosport. Un vehículo del Astana, conducido por Aleksander Shefer, se acercaba a un grupo de rezagados del que tiraba Vincenzo Nibali. Habían sufrido una caída a 31 kilómetros de la meta. De repente, el Tiburón desapareció de la imagen. Se había agarrado al coche para remontar hasta el grupo de favoritos, tras haber acumulado una pérdida de un minuto y medio. El jurado de la Vuelta se reunió de urgencia y expulsó al italiano en el segundo día de competición. También al chófer.
La llegada de Nibali a la Vuelta ya había estado rodeada por la polémica, porque el mánager del Astana, Alexander Vinokourov, le había obligado a correrla. “Cobra mucho dinero”, argumentaba el patrón kazajo. Unos cuatro millones de euros. El nuevo ojito derecho del equipo era Fabio Aru, que se vio implicado en el mismo accidente. Cuando se produjo la montonera, Nibali escuchó por el pinganillo: “Aru”. Nada de Nibali. Se sentía desplazado en el equipo. El Tiburón, hundido, pidió disculpas: “Me siento arrepentido, aunque el castigo quizá fue excesivo”. La caída también obligó a retirarse, al día siguiente, a Paolo Tiralongo con 40 puntos de sutura. Fue otro golpe para el Astana que, sin embargo, acabó ganando la Vuelta en Madrid con Fabio Aru.
La trampa De repente, el italiano desapareció de la imagen y resurgió en el gran grupo