Hernán y Lod tumban a un Nàstic muy endeble
Agradaron los ocho debutantes en el Sporting
EI Sporting ha iniciado la temporada en El Molinón-Quini con un triunfo cómodo sobre un Nàstic endeble, que apenas llevó peligro sobre Mariño y que tuvo la mejor ocasión del encuentro en un balón flojo que no acertó a atajar el portero gallego.
La afición rojiblanca demostró muchas ganas de aplaudir a su equipo, completamente renovado respecto a la pasada campaña. Agradaron los ocho debutantes del Sporting en el estadio gijonés.
Superior. El equipo de Baraja demostró en su debut en casa solvencia defensiva, que es lo primero que le importa al técnico. Se mostró superior, llevó la iniciativa del juego en diferentes fases del encuentro y solo cuando bajó su intensidad permitió al Nàstic hacerse dueño del balón. El equipo catalán, no obstante, apenas inquietó a Mariño.
El partido no pasará a la historia por su brillantez. Como en la primera jornada, volvió a parecerse más a un duelo de pretemporada, solo que con puntos en juego. El Sporting tuvo más ritmo y proyección ofensiva en la primera parte, pero las mejores ocasiones las tuvo en la segunda mitad.
El gol de Hernán Santana, que aprovechó un error en cadena de la defensa del Nàstic, le permitió al Sporting encarar el partido con tranquilidad. Los hombres de Baraja manejaron los tiempos con aplomo sobre todo con el trío Cofie-Hernán-Sousa, que mantuvo el control del juego.
Un disparo de Molinero en la primera parte, otro durísimo de Álvaro Jiménez en la segunda y una llegada de Geraldes por la derecha, a cuyo centro no llegó Carmona, fueron el mayor peligro local hasta que Nacho Méndez apareció para ponerle en bandeja a Robin Lod el gol de la tranquilidad en la recta final del encuentro.