Plata amarga del K4 500: “Nos servirá de combustible”
Craviotto, Toro, Cooper y Germade iban a por oro
■ El K4 500 logró la plata en el ventoso canal portugués. El mascarón de proa del piragüismo español con Saúl Craviotto (cuatro medallas olímpicas, dos de ellas de oro), Cristian Toro (campeón en Río 2016 con el catalán en K2 200), Marcus Cooper (campeón en Río en K1 1.000) y Rodrigo Germade (campeón mundial en K2 200 en 2017) no falló, pero no hubo éxtasis. Son subcampeones, pero las expectativas de oro eran tan altas que el segundo puesto supo amargo. “Estamos cabreados, pero esto echa combustible a la hoguera y el camino es muy largo. Donde hay que ganar es en Tokio”, se apresuró a decir Craviotto.
La amalgama de talento y músculo amasada en el embalse de Trasona, en Asturias, por el técnico Miguel García es una mezcla explosiva. Pero también la de los alemanes Rendschmidt, Liebscher, Rauhe y Lemke, que habían sido batidos por los españoles en el Europeo de Belgrado y se tomaron venganza. Siempre en cabeza, ganaron con 1:20.056. El último cambio de ritmo que impuso Craviotto no bastó (+0.367). Bronce para Hungría (+1.424).
En el mundillo de la piragua, el kayak de 11 metros y cuatro palistas refleja el fondo de armario de un país. Desde Atenas 2004, España está en los podios olímpicos. Pero siempre sigue en la memoria superar la plata del mítico K4 1.000 (Menéndez, Misioné, Díaz-Flor y Celorrio) en Montreal 1976 y su campeonato del mundo en 1975. En el medio kilómetro, España tendrá a cuatro bestias en 2020. Tocará clasificar el año próximo, limar décimas con Alemania, alimentar el deseo y después soñar. Con un oro y con una despedida de lujo para el gran capitán Craviotto.