Alma de héroe

La sonrisa de Joaquín es eterna en Heliópolis. La alianza de Setién con el portuense devuelve el triunfo al Betis en un derbi en el Benito Villamarín doce años después.

Focos. El derbi suele dejar choques individuales que van más allá del balón y no tardó en entrar en escena en el Villamarín. Roque Mesa retó a William Carvalho y en media hora le arrancó una tarjeta amarilla que condicionó al portugués, limitado en la destrucción demasiado temprano. El canario, por su parte, se marcharía antes de tiempo por exceso de pundonor, algo de inocencia y el margen de equivocación arbitral. Carvalho tocó, corrió y protestó en quizás su mayor muestra de carácter como verdiblanco hasta el momento. Pero la carga de su precio debe disparar las exigencias y está lejos de ellas.

Carrileros. Setién y Machín comparten ciertos parámetros de juego y para ambos la importancia de los laterales es vital. Quizás esperaban algo más de sus respectivos directores deportivos en este pasado mercado y ello se reflejó sobre el césped. Arana invitó por su lado al despliegue bético, mientras Tello, convertido en carrilero de urgencia ante la incógnita de Francis, amenazó arriba y tembló atrás. Perspectiva antagónica en la otra banda: Jesús Navas y Júnior se vigilaron tanto que se anularon.

Riesgos. Setién y Machín resaltan el arte del atrevimiento, pero en un derbi el miedo también entra en escena. El segundo tiempo esbozó las intenciones. Ganar como deseo. No perder como prioridad. Con uno más, el Betis arriesgó más. Y apareció Joaquín.

Héroe. Todos esperaban a Joaquín. Setién lo hizo durante varias semanas a sabiendas que resuelve citas. La afición estalló cuando corrió hacia el banquillo para quitarse el peto y voló hasta el cielo cuando anotó el 1-0. Su sonrisa es eterna en Heliópolis. La alianza del cántabro con el portuense devuelve un triunfo al Villamarín en un derbi doce años después.