Ganar como única vía en Heliópolis
El Betis llega a su segunda cita europea con mejores premisas que las que tenía antes de su estreno en
Atenas. Si hace dos semanas los números no eran su mejor aliado, ahora encadena dos triunfos seguidos en Liga que disparan las expectativas de nuevo. Las hay ante la visita del
Dudelange, tan desconocido como peligroso por el papel que supone medirse ante la cenicienta del grupo y estar prácticamente obligado a ganar si se pretende acceder a la siguiente ronda de esta Europa
League. Cualquier error costaría más caro de lo previsible mientras Milán y Olympiacos miden sus fuerzas. Rotar será una posibilidad. También lo es generar un margen de confianza necesario para aplicar la misma receta ante el enemigo. El gran objetivo bético de las últimas campañas era llegar a disputar duelos como éste.
Setién atraviesa su mejor momento como técnico del Betis por mucho que se demande más verticalidad al juego y más pegada a sus atacantes. Resulta casi una utopía pararse a pensar en qué se haría bajo otro estilo y con estas mismas herramientas. La única realidad convincente la dibuja el cántabro: fue el gran artífice de haber conducido al equipo verdiblanco hasta aquí y sus méritos son casi incuestionables. Su actual plantel de futbolistas, con sus numerosas mejorías respecto al curso pasado y alguna que otra carencia, se posiciona quinto en la tabla liguera de
Primera División y recibe hoy en Heliópolis la visita de un equipo europeo. La exigencia, eso sí, es seguir ganando. Ni el brillo de la posesión ni las triangulaciones. Sólo ganar. Y por el momento la fórmula de
Setién sí enseña esa cara.