Un Athletic vulgar rescata un punto en el derbi vasco
El Eibar mereció ganar y penalti de Íñigo tras ir al VAR
EI Eibar hizo todos los méritos para llevarse el derbi vasco: fue el único equipo tensionado, tuvo ocasiones y gobierno, y mudó el estilo supuestamente rabioso y estético del Athletic a una propuesta temerosa, rácana, al patadón… vamos, una horrorosa versión de los armeros, porque era tan blandito que perdía todos los balones divididos. Se amoldó a lo que tenía enfrente.
El técnico argentino se decantó por pequeños prestidigitadores como Unai López y Muniain, pero a la hora de la verdad el balón pasó muy poco por sus botas. Lo veían viajar por la estratosfera de Ipurua. Las ocasiones, la posesión y la claridad de ideas correspondían al Eibar, que ponía al enemigo a su merced y construía el juego con total tranquilidad a partir del regalo del balón.
Ningún registro de los leones esta vez en la presión alta. Para tal propuesta podrían cuadrar más San José y Nolaskoain. Diop era el jefe del medio campo con sus pulsaciones, que le permiten abarcar todo el verde, y el Athletic estaba incómodo, sin timones en el centro del campo y a merced de un Eibar al que bastó con ocupar muy bien los espacios.
El VAR ha encontrado un compañero de fatigas en el Athletic: Íñigo Martínez fue castigado vía vídeo como ante la Real Sociedad con un penalti sobre Sergi Enrich, que marcó Charles. Los leones empataron de forma milagrosa con una jugada caparrosiana: patadón de Herrerín, peinada del helicóptero Aduriz, Raúl García la orientó y la bajó, y Williams marcó por bajo. Después el equipo rezó y le salió cara: nuevo empate.