Prueba de forma y de carácter

Ganar en San Siro se convierte ya en un recuerdo inolvidable, sobre todo para esos 7.000 aficionados verdiblancos que disfrutaron en vivo y en directo del repaso que su equipo le dio al Milán de Gennaro Gattuso. Pero en la mañana de este domingo aquello ya es pasado. Lo de hoy ‘da de comer’ a un

Betis que no puede dejarse llevar por el narcisismo de una gesta tan emotiva como simbólica. La victoria ante los

rossoneri, de hecho, no valió ni siquiera para pasar a dieciseisavos de Europa League. Ahí también queda aún trabajo. La temporada sigue, hacen falta muchas victorias para volver a estar en Europa y en el Coliséum aguarda un campo de minas y un equipo descansado y peleón. El objetivo no espera a los eufóricos y partidos así significan una prueba de forma y, sobre todo, carácter.

En el Coliséum habrá que olvidarse del glamour italiano y ponerse las katiuskas. Es probable, ya lo pudimos comprobar el año pasado, que no salga el día de tocar la pelota y sí de fajarse en cada lance y saber apretar los dientes cuando empuje el equipo de Pepe Bordalás. Porque es verdad que a este Getafe le está costando más en casa sacar los puntos (sólo le ganó al Eibar al calor de su gente, en la segunda jornada) pero se trata de un batallón que suele sobrevivir en los partidos, que tiene delanteros con hambre y deja jugar muy poco. Un rival, también, a los que hay que derrotar para estar arriba al final de temporada. Hoy no importa la posesión. Hoy, sin los flashes, las televisiones ni el caché continental de una noche a la sombra del Duomo, hay que traerse la victoria del Sur de Madrid.