Habrá lleno: vendidas las 7.200 localidades
Han instalado una grada supletoria de 1.200 butacas
EI 6 de febrero de 1943 la Unión Deportiva Melilla daba sus primeros pasos con su participación en la Copa de Marruecos. Ayer, 27.661 días después, decenas de operarios se afanaban en terminar de colocar las gradas supletorias con las que han conseguido aumentar el aforo del estadio Álvarez Claro (1.200 asientos más) para el día más importante de la historia del club: la visita del Madrid. Al mismo tiempo, los futbolistas de la primera plantilla se ejercitaban sobre el césped con una sonrisa en la cara. No están acostumbrados al ruido de los flashes que provenían de la grada, pero saben que es la oportunidad más importante de su carrera futbolística.
Desde el club insisten en el premio que supone este encuentro, aunque conscientes de que lo importante es la Liga. De momento, ahí también cumplen: van segundos del Grupo IV. Son el decano de Segunda B (32 temporadas consecutivas) y quieren lograr un ascenso a la Liga 123 que dispare la popularidad e ingresos del Melilla. Para lograrlo, cuentan con un hándicap: los viajes. En los apretados presupuestos que se manejan en la categoría de bronce del fútbol español, el Melilla sabe que por temporada debe contar con una partida de 100.000 euros para desplazamientos. Los suelen hacer en avión o en barco. Todos los jugadores están empadronados en la ciudad (así reciben un descuento del 75% en los billetes, como el resto de habitantes de Melilla). Todo suma para lograr el objetivo... Además, existe otro aliciente hoy: una buena actuación contra el Madrid sería un espejo en el que mirarse para los 350 niños que actualmente juegan en la cantera del Melilla. El club impulsa la base y algunos jugadores del primer equipo entrenan a los más jóvenes...
Euforia. El estadio, con una capacidad para 6.000 espectadores, podrá finalmente acoger a 7.200 aficionados después de las obras para ampliar las localidades. Ayer, con todas las gradas por fin en su lugar, salieron a la venta las últimas entradas, alrededor de 100. No tardó en agotarse todo el papel. El Álvarez Claro no está acostumbrado a tanta expectación. Los veteranos del lugar sólo recuerdan tres precedentes en los que en la grada no hubo ningún asiento libre: la visita de la Selección española olímpica en 1987, el duelo de Copa ante el Athletic de 1999 y el España-Estonia Sub-21, en 2011.