El Huesca se rindió al talento de Iago Aspas
Dos goles del moañés; el segundo, para enmarcar
EI enfrentamiento de la necesidad empezó con el Celta muy nervioso, confundido por su mala racha y con el estilo de juego todavía indefinido. La grada se impacientó pronto, sobre todo cuando vio que el Huesca era dueño y señor del partido. Rivera tuvo el tanto en su cabeza a los ocho minutos. Remató libre de marca en el área pequeña, pero incomprensiblemente envió el cuero fuera. Ahí llegaron los primeros silbidos de Balaídos. Poco después, Ferreiro y Moi Gómez volvieron a amenazar. Rubén Blanco tuvo que intervenir para evitar el gol visitante.
El Celta fue despertando a base de chispazos de calidad. Boufal lo intentó en solitario y Maxi probó a Jovanovic. No obstante, la mejor jugada sería producción de A Madroa. Entre tres canteranos tiraron el muro azulgrana. Brais y Mallo combinaron en una vertiginosa pared, el lateral apuró hasta la línea de fondo y regaló el gol a Aspas.
La ventaja en el marcador supuso la estabilidad emocional celeste. Juncà y Brais pudieron encarrilar el choque con sendos zurdazos, pero a ambos le faltó puntería. Entonces apareció el zurdo infalible, Iago Aspas, con un nuevo truco de magia. Rompió (literalmente) a Akapo con un regate sublime y batió a Jovanovic con una definición exquisita. Otro tanto para su particular museo. Su talento fue suficiente para tumbar al colista de LaLiga.