Ni Diakhaby evitó la bronca
El Sevilla se quedó sin la victoria en el descuento
Un testarazo de Diakhaby en el 92’ evitó la derrota del Valencia, aunque no la pañolada de Mestalla. La grada se hartó y Peter Lim fue testigo directo. Los pitos fueron para todos, desde el palco hasta el césped, aunque más en concreto para los actores principales de este entuerto: Marcelino y sus jugadores. A fin de cuentas solo suman una victoria en casa desde que comenzara la Liga. Y van 15 jornadas. Lejos de ellos está el Sevilla y también Europa, aunque bien podría estarlo a dos puntos más. Los de Machín podrían haber salido líderes de Mestalla, pero eso también lo evitó el gol de Diakahaby, un tanto que en verdad hizo justicia a los méritos de unos y otros, por más que se consumara la pañolada.
El partido fue de los que dan valor añadido a LaLiga. Bravo, tenso y no exento de calidad. El Valencia puso pundonor; el Sevilla, constancia, solvencia. Las virtudes de los hispalenses les hacen estar arriba en la tabla. Son un bloque rocoso, disciplinado, competitivo. Sus futbolistas ocupan bien los espacios y la táctica de Machín les hace jugar las más de las veces en superioridad. Por contra los defectos de los blanquinegros les sitúan cerca del abismo. Les falta definición, convicción y también fortuna.
Machín levantó un muro en Mestalla que ríete tú del de Juego de Tronos. Con Promes, Mercado, Kjaer, Gómez y Escudero en línea; con Banega, Sarabia y Vázquez por delante suyo. Por suerte para sus hijos los Reyes Magos llegan en nada, porque sus padres regalan poco. Y las pocas veces que los che pudieron llegar antes que cualquiera de ellos al remate, como Garay y Santi Mina, apareció Vaclik.
Machín, tipo listo, se percató que Gayà defendía por él y también por Guedes. Y tras el descanso, por ese lado, por el de Promes y Sarabia, fue por el que el Sevilla fue saliendo de la cueva. Al Valencia, todo sea dicho, le ha mirado un tuerto o le debe dinero a alguno, porque un mal remate de Ben Yedder acabó en los pies de Sarabia y éste no lo perdonó.
El Sevilla tenía al Valencia donde quería. El partido estaba para sentenciarlo en un contragolpe y Mestalla olía a hoguera. La afición guardaba silencio de velatorio, de esos en los que no se grita pero sí se cuchichea. Hubo conato de bronca tras sendos palos de Banega y Sarabia. Pero la gente contuvo su ira hasta el final. Y aunque llegara en el minuto 92 el gol de Diakhaby, hubo pañuelos y silbidos. El Sevilla ahí se dejó el liderato y dos puntos de oro., aunque el tiempo hará bueno el punto sumado en Mestalla.
Tras el 0-1 Banega y Sarabia tuvieron la sentencia; el palo les privó del gol