Marcelo, a correr y a jugar
De lo que vaya a pasar al final de temporada ya habrá tiempo de hablar y negociar con Marcelo, pero ahora sólo es momento de apretar los dientes y trabajar. Después de lo que le hemos visto al brasileño las últimas semanas, michelín abdominal incluido, y las oportunidades que le ha concedido el entrenador, Santiago Solari, más que a Isco, al capitán no le queda otra que afinarse y esperar su oportunidad animando desde el banquillo. La suplencia es dura y, como dicen en el club, a algunos de pronto les trastorna y enseguida empiezan a llamar a su representante con la exigencia de “quiero irme” o “no tengo por qué aguantar esto”. Como si todo fuera tan sencillo.
Marcelo también ha pasado por ese nivel de frustración y empecinamiento, pero a sus treinta años ya no está para ir dando tumbos, o rodando, por ahí. Con su enorme calidad, que no se le puede haber esfumado de pronto, tiene muy al alcance lo necesario para darle la vuelta a la situación: entrenamiento, dieta y sacrificio. En cuanto le ponga voluntad y empeño, en tres semanas se acercará a su mejor nivel. Ahora mismo puede sentirse traicionado y malquerido, se equivoca, porque el entrenador, el club y los aficionados lo único que quieren es que corra como antes. Así de sencillo.
Vinicius es muy inteligente, con 18 años está sabiendo lidiar con la presión”
No importa si estás cabreado, ofuscado o rebotado, lo que no puedes estar es tan fuera de forma. Además, el momento actual del equipo está dando la razón a Solari en su decisión de sacrificar a los pesos pesados que no dan el nivel para ser titulares. Como dice su paisano Andrés Calamaro en el nuevo disco: “Sin guillotina no hay revolución…” Así que Marcelo: salva tu cuello, entrena, corre y a jugar.