AS (Sevilla)

Filipe Luis “Salir bien del Atlético era algo que me obsesionab­a”

- PATRICIA CAZÓN —¿Por? —¿Sí?

El 21 de julio, Filipe Luis (Jaragua do Sul, Brasil, 1985) cerraba por segunda vez su historia como jugador del Atleti. Ésta la definitiva, tras 333 partidos. Era el último que quedaba del primer once del Cholo en 2012. Habla de aquellos días y de estos. De Lodi, el PSG y Costa. De Juanfran en Brasil.

Fichó por el Flamengo. ¿Qué tal el regreso a Brasil?

—Lo pensé muchísimo. De las opciones que tenía la del Flamengo era la que más ilusión me hacía. Yo juego por un desafío, por escribir mi nombre en la historia de un club, no ser uno más. Volver a Brasil era mi sueño de la infancia. Se lo prometí a mi abuelo, que murió tras Lisboa. Pero fue difícil. Al principio estaba medio triste pero cuando llegué, mi corazón explotó de alegría. Era lo que necesitaba.

—¿La mayor diferencia?

—El césped. Ralentiza mucho. No moja. Después el jugador se tira más, el árbitro pita más, el partido es más lento pero es la forma de jugar en Brasil: se protege mucho al que regatea.

—Como buen amigo de Griezmann, ¿le sorprende que haya fichado por el Barcelona?

—No. Cuando el año pasado decidió quedarse, yo no le vi tan feliz durante la temporada. Es imposible que fuera a salir bien: por su nombre, lo que dio, la gente se va a sentir ofendida. Pero también creo que ha sido un gran negocio para el Atleti.

—Usted al irse, en 2014, enseguida añoró al Atleti...

—Me fui con mucha ambición. A Londres, la Premier... Pero al llegar vi que era diferente de lo que esperaba y que el Atleti era mucho más grande de lo que pensaba. Entonces, por más que tenía intención de jugar la Premier decía: “He sido muy feliz allí”. Y me dolía en el corazón.

—¿Quién llamó para que regresara: fue usted o fue el Atleti?

—Yo en marzo pensé: “Tengo que irme, con Mourinho tengo menos oportunida­des de las que quisiera”. Pero no llamé. Al acabar la temporada tenía contactos de la Juve, PSG y Atleti. Todo a través de Mendes: le dijeron que si quería volver y ya no escuché nada. Pensé: “Voy a cumplir 30, estoy hasta los 34, renuevo, me retiro y soy feliz en el club donde más lo he sido”.

—¿Qué tiene Simeone?

—Fue cambiando a lo largo de los años, mejorando algunos aspectos, olvidándos­e de otros. Y se perfeccion­ó mucho en el fútbol. Es un entrenador diferente a todos los que jamás tuve.

—Estudia como nadie a los rivales. Nunca he entrado al campo con el partido tan masticado.

—¿A usted qué le pedía?

—Depende (ríe). En unos partidos atacar muchísimo por fuera, en otros ir más por dentro encontrand­o pases entre líneas o casi no atacar porque hay que defender e ir por la derecha. Pero en el 80% defender lo primero y, sobre todo, ser la sorpresa subiendo la banda. Eso pide el Cholo al lateral. Para él es más importante fichar un buen lateral que fichar a un delantero.

—¿Cómo ve a Lodi?

—Perfecto. Aunque defensivam­ente no esté totalmente maduro, ofensivame­nte tiene ya casi todo. La defensa se pule. Y la del Atleti para un lateral está muy bien. Defienden todos muy juntos, es más fácil.

—¿Le llamó?

—Hablamos por mensaje. Me dijo que estaba deseando que me quedase. Yo le dije que tuviera paciencia, que no iba a ser tan fácil como la gente piensa, pero que es un gran jugador y que triunfará. Y que cualquier duda, que me pregunte (sonríe). Está en buenas manos.

—Usted cuando llegó al Depor, Lotina decía: “Qué bien sube pero hay que enseñarle a defender”. ¿Cómo se hace eso?

—(Ríe) ¡Qué paciencia tuvo conmigo Lotina! Venía cuando terminábam­os de entrenar y estaba ahí veinte minutos, enseñándom­e. Y he visto al Cholo haciendo lo mismo ahora con Lodi.

—Sí, sí. Pero yo es que no sabía defender de verdad. Nada, nada. Yo jugaba de mediapunta o interior y él me convirtió en lateral.

—¿Qué le costó más?

—Coger por ejemplo a Joaquín, el del Betis. Regatea mucho, improvisa, va por dentro, por fuera, y me descolocab­a mucho. ¡No entendía cómo defenderle! Sólo con los partidos fui mejorando.

—Es el último en irse del primer once del Cholo. ¿Recuerda aquellos días, cuando llegó?

—Todo. Estábamos muy, muy mal en Liga, con un equipazo.

—Algo que luego se vio.

—Sí, sí. Manzano lo estaba haciendo muy bien con nosotros pero el equipo no ganaba y cuando no ganas los jugadores dejan de creer en lo que están escuchando. Recuerdo ante el Málaga, la charla en el hotel, y cómo valoró el 0-0, no encajar. Nos hizo coger confianza poquito a poco. Lo demás vino solo.

—Estuvo en Lisboa, estuvo en Milán. ¿Qué fue más duro?

—Para la gente, muchos de mis compañeros, Lisboa, pero para mí Milán. Se jugó mejor y perder por penaltis cuando parecía que la historia estaba escribiend­o la Champions para nosotros… Yo tuve la sensación de que no tendría otra oportunida­d. Y fue muy duro. Al día siguiente me prometí no volver a llorar por el fútbol.

—¿Y lo ha cumplido?

—Sí. Casi lloro en la Copa América pero me aguanté.

—¿Qué le parece que a Juanfran lo vaya a ver en Sao Paulo?

—(Ríe) Me encanta. Que sea también tan competitiv­o y quiera seguir peleando. Es muy fácil tomar el camino menos exigente pero yo creo que la gente del Atleti en general somos adicta a eso. Al desafío, la presión (ríe).

—Cuando un jugador pasa de los 30 años, qué busca: ¿dinero o años de contrato?

—Cuando pasas de los 30 lo que más noto es cómo se van cerrando las puertas de los clubes. “Sé que este jugador me va a dar rendimient­o pero no es una buena inversión”. Así piensan. Que no puedes aguantar cuatro años y eso duele un poco. Y lo primero, tu prioridad, es firmar años, no dinero.

—¿Hasta cuándo se ve usted?

—Hasta que el cuerpo y las lesiones me dejen. Estaría hasta los 40 (ríe). Me quiero ir diciendo: “No puedo más. Di todo”.

—Siempre dice que agradece al Atleti ficharle del Depor cuando tenía la pierna mal.

—Sí. Me rompí la pierna en enero y volví en mayo. Pero Miguel Ángel ya me había dicho: “Te ficho tal y como estás, con la pierna para arriba”. Y eso para mí... Después también tuve un peso enorme. “Tengo que triunfar aquí porque han apostado por mí”. Y di cuanto tenía.

—¿Cómo ha sido este julio?

—El peor de mi vida. El más intenso que jamás viví. Cuando te haces un nombre, una edad, te llaman de clubes directamen­te. Es difícil pasar ese proceso, elegir. No tenía nada claro.

—Lo único, seguir en el Atleti. ¿Por qué no lo ha hecho?

—Hablé con Miguel Ángel antes de la Copa América. “No tenemos nada claro, hay pendiente una conversaci­ón. No firmes con nadie antes de avisarnos”, me dijo. Al acabar, volvimos a hablar, el lateral estaba cubierto,

Griezmann “Cuando el año pasado decidió quedarse ya no le vi tan feliz en el Atleti”

Laterales “Para Simeone es más importante fichar un buen lateral que un delantero”

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DESPEDIDA. Filipe el pasado 21 de julio en el Wanda Metropolit­ano, en el acto de su despedida del Atlético.

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