“Cuando no sea el jugador que soy ahora, lo dejaré”
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Acaban de hacer una acción con LaLiga. No sabía que era zurdo de pie. Otro mallorquín cruzado como Nadal...
—Pues sí. En mis años de futbolista era delantero y jugaba con la izquierda.
—¿Sigue siendo futbolero?
—Sí, sí. Siempre que puedo voy al Bernabéu. Y sigo al Mallorca.
—También era un poco perico, ¿no?
—Mi padre lo era más. Siempre he tenido muchísimo cariño al Espanyol. Pero ahora mismo me siento muy madridista y mi hijo también lo es.
—¿Y futbolero?
—Pues le gusta más el fútbol que el baloncesto. Aunque sí es cierto que a esas edades siempre suelen chutar cualquier cosa. Sin embargo, cuando me ve jugar, intenta botar el balón.
—Es su primer gran evento como capitán de la Selección. ¿Quién fue su primer capitán?
—Rafa Jofresa en la Penya. En la Selección comencé con Carlos Jiménez y después Juan Carlos Navarro. Bueno, a Felipe Reyes lo he tenido en el Madrid. Buenos capitanes.
—¿Me los define a todos ellos con un simple adjetivo?
—Humildes.
—La edad pesa, el Madrid aprieta, la familia influye... ¿Cuántos esfuerzos ha hecho por estar en la Selección?
—Está claro que dependemos muchísimo de nuestro club y de nuestro físico. Hace dos años tomé una dura decisión: apartar ese verano para darme un descanso físico y mental después de una temporada difícil. Tenía ganas de volver estar con la Selección.
—¿Cómo ha sido su proceso de reconstrucción como jugador después de aquella terrible caída de 2009 con Portland tras la falta de Trevor Ariza?
—Está claro que la edad y las lesiones se pagan en cualquier jugador. Hay mucha gente que me ha ayudado a reinventarme. Ya no soy el jugador tan espectacular que era antes, ahora soy más maduro para saber qué soy capaz de hacer y qué no. Eso me ha ayudado.
—De su histórico partido en Pekín quedó aquel mate tremendo sobre Howard. Pero usted se fue maldiciendo por un tres más uno de Kobe, que significó su eliminación. ¿Qué pesó más de las dos cosas?
—Fue una falta bastante... Han pasado ocho años y no sabría decir si lo fue o no. En ese momento era impotencia lo que sentía. Pero es cierto que justo ese era el año que iba a Estados Unidos y se puede imaginar la repercusión que tuvo aquel duelo y el mate de Howard.
—¿Puede ver el final de su carrera en el baloncesto?
—Eso lo dirán mi cuerpo y mi cabeza. Cada vez es más difícil dejar a un lado a mi familia. Tengo dos hijos, van creciendo y se van dando cuenta de cuando me voy. Pesa porque yo soy muy familiar. Me estoy sintiendo bien. Pero lo que no voy a hacer, si estoy mal físicamente, es luchar por estar. Voy a ser muy honesto con mi equipo: a la mínima que vea que no puedo ser el jugador que estoy siendo estos últimos años, lo dejaré..
—No sé si había reparado en que a usted lo eligió Phoenix y allí va a ir Ricky, jugó en Portland, donde ha aterrizado Gasol, y también fue a Denver... y ahí está Juancho. ¿Casualidad?
—Y encima fui traspasado en Dallas, que Luka juega allí... Creo que hay franquicias que confían muchísimo en el jugador europeo como Portland, Denver y San Antonio. Pau va a estar increíble en los Blazers porque la franquicia es espectacular.
Reinventarse como jugador “Ahora sé qué soy capaz de hacer y qué no”