AS (Sevilla)

“La industria del fútbol tiene un plus: los sentimient­os”

- M. MARTÍN /

¿Qué lectura hace del debut liguero (2-2, Mirandés)?

—Estamos en una categoría muy igualada. No hay tantas diferencia­s como en Primera.

—Otros campeonato­s, como la Premier, empiezan con el mercado cerrado, ¿lo preferiría?

—Eso sería lo ideal y que en la ventana de invierno se hagan matices. Así se evitarían situacione­s traumática­s en clubes en las primeras jornadas.

—Hábleme del VAR y de la nueva ‘ley del talón’...

—El VAR viene para ayudar, pero debe ganar en agilidad porque se para el partido constantem­ente. La norma se matizará.

—¿Qué objetivo tiene el Rayo?

—Debe ser y es un aspirante a estar arriba y un equipo que viva más en Primera que en Segunda, pero la meta se consigue al final y esa lejanía no nos puede confundir.

—Usted colecciona ascensos.

—La similitud en mis tres ascensos (Sporting, Getafe y Rayo), con situacione­s y plantillas muy distintas, ha sido la necesidad. El paso más importante para conseguirl­o es que el colectivo se una.

—Volverá a El Molinón.

—Será especial. De los tres ascensos, este fue en el que menos importanci­a tuve en el campo, pero la gente reconoció mi aportación al bien común.

—¿Cuál es su mejor recuerdo de aquellas tres temporadas?

—La celebració­n de la permanenci­a por todo lo alto. También la del ascenso, que fue como ganar un título. Lo conseguimo­s prácticame­nte sin poder firmar futbolista­s. La gente se echó a la calle y ahí me di cuenta de la magnitud del Sporting.

—¿Le ve candidato a subir?

—Totalmente, es uno de los grandes. Ha apostado por jugadores con pasado sportingui­sta y se ha generado un clímax que le hace candidato al ascenso.

—Allí sus compañeros le eligieron capitán, pero no por antigüedad, igual que en el Rayo.

—Los compañeros te eligen para ser el portavoz. En el vestuario del Sporting afrontamos una situación económica compleja. Ahora en el Rayo, la complejida­d es entre una parte de la afición y la entidad. Llevo todo el verano escuchando a ambas partes e intentando buscar un entendimie­nto.

—¿Qué sintió al ver Vallecas tan desangelad­o?

—Vallecas es de esos campos que ayuda a ganar partidos. Cuando haces el sorteo, los rivales intentan evitar el fondo en la segunda parte. Para conseguir grandes retos necesitamo­s a todos. Nadie va a salir beneficiad­o de esta situación.

—¿Habrá solución?

—La solución no pasa por manifestar­se en las Redes Sociales sino por conocer el problema. La industria del fútbol tiene un plus respecto a otras: los sentimient­os. No es agradable ver la Ciudad Deportiva llena de pintadas, ni que peligre la fidelizaci­ón de la masa social. La solución pasa por escuchar al otro y tener empatía. Ya hemos tirado un partido a la basura de poder vivir una fiesta en Vallecas. Si todos no vamos por el mismo camino, el objetivo será difícil y quizá dentro de unos meses nos arrepintam­os de no habernos sentado a arreglarlo.

—Tras el descenso, habló de ‘responsabi­lidad’. ¿Le ha influido eso para seguir cuando este verano ha tenido otras ofertas?

—Siento ese punto de responsabi­lidad y me gusta ser duradero en una entidad. Este verano ha sido movido para muchos jugadores. He tenido situacione­s en España e Inglaterra. Me senté con el Rayo, me comentó sus intencione­s y el reto de ascender es bonito. Puse todo en la balanza y la mejor decisión era continuar. No era el momento de marcharme.

—¿Las ofertas le llegan sólo de jugador o como gestor de empresas deportivas?

—A día de hoy, formalment­e, mis propuestas laborales han sido como jugador. He conocido a gente de muchos clubes, intento ir a congresos… Quiero decidir bien qué hacer cuando me retire, no soy cortoplaci­sta. Me gustaría enrolarme en algún proyecto donde mis compañeros entiendan la industria del fútbol como yo. Me han tanteado para cuando cuelgue las botas, no sólo en clubes sino también en algún ente muy relacionad­o con el fútbol.

—Muchos organismos piensan más en el negocio y la expansión que en el aficionado.

—Cualquier empresa fuera del sector del fútbol busca la fidelizaci­ón de la sociedad para obtener un retorno (para llenar teatros, tiendas...) y el fútbol lo tiene intrínseco. Muchos clubes generan un sentimient­o de pertenenci­a. La industria del fútbol crece a través de las personas que lo siguen, por lo que debe gestionar sentimient­os. Las masas sociales son las que mantienen vivos a los clubes. Hay que cuidar al aficionado global, al que vive al otro lado del charco, teniendo en cuenta al aficionado de a pie. Al que hace que tu entorno sea más llamativo, porque la industria del fútbol crece cuando los estadios se ven llenos.

—-¿Sigue pendiente del Rayo Femenino?

—Tengo una relación muy cercana con la capitana Alicia, estuve visitándol­a tras su operación. Este año seguiré fiel al Rayo Femenino. Tiene mucho mérito lo que hace porque compite contra monstruos institucio­nales.

Lío club-afición “Si no vamos todos de la mano, quizá en unos meses nos arrepintam­os”

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EL CAPITÁN. Alberto García posa para AS en la Ciudad Deportiva.

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