Tres españoles protagonizaron la fuga del día: Rubio, Madrazo y Sáez
Bennett; el UAE, con Fernando Gaviria; y el Mitchelton, con Luka Mezgec, se engallaban como los equipos más interesados en consumar una de las pocas posibilidades que tendrán los esprinters en esta 74ª edición de la Vuelta. Por eso fueron alternando algún ciclista en cabeza del pelotón, cronómetro en mano, para no
Subida selectiva. Ese casi llana lo componían dos puertos de tercera categoría, el Biar y el Tibi, que también tuvieron su influencia en la jornada, especialmente este último: 6,7 kilómetros al 4,1%, que se coronaba a 40 de la meta de Alicante. No alteró a los jefes de la clasificación general, que estuvieron atentos, vigilantes, pero poco revoltosos, a pesar de que el Jumbo y el Movistar enfrentaron sus rampas con las orejas tiesas. La influencia afectó a la resolución de la etapa, porque Gaviria se quedó descolgado, aún dolorido de su caída del primer día. También se rezagó Jakobsen, el campeón de los Países Bajos, con diferente suerte. El neerlandés fue capaz de enlazar su vagón a la locomotora. El colombiano lo intentó durante un buen trecho, pero perdió el tren.
Una victoria de Gaviria hubiera prolongado la racha de Colombia por tercer día consecutivo, después del maillot rojo
Descolgado Gaviria se rezagó en el puerto de Tibi y no pudo disputar la llegada masiva
de Superman López en la crono por equipos de Torrevieja y de la victoria de Nairo Quintana en Calpe. Contrarreloj, ataque en el llano y esprint. Desde hace tiempo, los admirados escarabajos no sólo lucen en la montaña.
A falta de los colombianos, en Alicante brillaron los irlandeses. En los años 80, Sean Kelly y Lucho Herrera peleaban por la Vuelta. De hecho, la última vez que coincidió un irlandés en el triunfo de etapa y en el liderato de una Grande fue en la ronda española de 1988, en la penúltima jornada, cuando Kelly sentenció la carrera en la contrarreloj de Collado Villalba. Entonces, los irlandeses y los colombianos eran casos excepcionales, rarezas, pioneros… Hoy no sorprende verles arriba. El ciclismo es universal.