AS (Sevilla)

Ricky, desatado

El base español, que jugó unos minutos finales mágicos, derribó a Argentina ● Claver, Ribas y Llull estuvieron bien en la intendenci­a

- JUAN JIMÉNEZ

Ricky Rubio siente que el de China tiene que ser su y ayer en Ningbó dio otra muestra. El nuevo base de los Suns rescató a la Selección en el último cuarto ante una Argentina aguerrida, pero sin Campazzo. Marc Gasol se quedó en el hotel por una gastroente­ritis.

l mago de El Masnou también es el mago de Ningbó. Desatado en los últimos minutos, Ricky Rubio (25 puntos) despachó a Argentina (76-84) con un festival de inspiració­n y talento puro. Demostró, además, cuántos partidos caben dentro de uno y cómo mandan los instantes. Correcto y anotador al inicio, asfixiado por Vildoza en el tercer cuarto, el buen criterio de Scariolo le sacó de la cancha para darle aire y dejar que resolviese un partido que llenará de confianza a España, capaz de jugar y ganar sin su otro jugador franquicia, Marc Gasol (con gastroente­ritis). Porque lo de Ricky ya son palabras mayores. Él lo siente. Tiene que ser su Mundial.

Los jugadores han subido un punto de intensidad y Scariolo empieza a ponerse exigente. Oriola, que entró en el quinteto no duró ni tres minutos. Demasiadas desatencio­nes. Argentina salió con más luces puestas (11-3). Laprovitto­la dominaba el tempo y Scola, cuyas facciones muestran el inevitable paso de la edad, mantiene su clase y la lectura del juego a sus 39 años. Ricky se puso al mando y España empató en un periquete. El juego interior de Argentina no es poderoso. Buena oportunida­d para Willy, que hizo diez puntos antes del descanso. A su producción se unió Llull, que gota a gota se acerca a un momento óptimo de forma; y dos barcelonis­tas que serán fundamenta­les en la intendenci­a. Ribas, jugador que sabe elegir sus momentos de tiro, anotó tres triples. Claver firmó una gran primera parte y fue el termómetro perfecto para entender que España había subido la intensidad.

Líder. La segunda parte se ensució: en un Argentina-España no se regala nada. La Selección hizo un mini-break nada más empezar el tercer cuarto (37-46), pero luego encontró unos tremendos problemas para anotar. Scariolo, que había mandado al rincón de pensar a Ricky, clavó el momento de su vuelta. Entró fresco y listo para resolver. La imagen de los jugadores rodeándole después de un 2+1 magistral es la de un equipo que sigue a un jugador en estado de gracia y que, perdidos referentes como Navarro y Pau, empieza a saber a quién marca el camino en China. Ricky se desató en Ningbó.

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DESATADO. Ricky Rubio penetra defendido por Nico Laprovitto­la, mientras Luis Scola observa.

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