El Villarreal y su regreso al pasado

Hacía tiempo que el Madrid no visitaba a un Villarreal tan irreconocible. No juega en Europa, donde brilló, los exmadridistas Cheryshev y Pedraza han volado (¡¿por qué?!), pilares como Víctor Ruiz, Jaume Costa y Fornals son historia y Asenjo, Mario, Bruno, Trigueros y Bacca, por unas u otras cosas, están en segundo plano. Del pasado más brillante sólo queda el amarillo. Sin embargo, este nuevo Submarino es más peligroso de lo que indica la tabla. Lo del día del Granada fue un accidente (4-4) y lo del Ciutat tuvo más pinta de atropello (2-1). Si hubo un denominador común fue ver un ataque de garantías.

Cazorla e Iborra maridan como pocas parejas a su edad. O Kroos corre o el Madrid lo lamentará. Moi demuestra que jamás debió irse, sobra talento con Chukwueze y Ontiveros, y Gerard vuelve a ser Gerard. Esas son sus fortalezas, pero lo que de verdad da sentido al proyecto es la firme apuesta de Calleja. La fórmula del exmadridista, con veteranos (Albiol) y noveles (Pau), es atrevida y seductora. El curso pasado fue destituido y Roig lo repescó del paro para evitar la hoguera. Lejos de regresar acomplejado, lo hizo con más poso, convicción y galones. Por eso, estos días en los que sitúan al técnico otra vez en el alambre, yo le veo más cerca de devolver al Villarreal a lo que fue: tan atractivo para el ojo como incómodo para los grandes. Mañana, hay partido.