Se busca a Griezmann en los partidos fuera del Camp Nou
El francés, absolutamente transparente en San Mamés y El Sadar
Hace una semana, Antoine Griezmann asumió los galones que se le suponían para liderar al Barça que aplastó al Betis en el Camp Nou por 5-2. Y con la misma facilidad que se salió ese día, el francés desapareció convirtiéndose en un jugador absolutamente transparente en El Sadar. Fuera de casa se sigue buscando a Griezmann. Si en San Mamés su papel fue lamentable, en Pamplona fue peor aún. Una sombra de lo que se supone que debería ser un futbolista de 120 millones de euros. Ni rastro de confeti.
Valga como prueba del desastre de partido del francés que Ter Stegen tocó más balones que él. Y si comparamos su espectral aparición en El Sadar con su magnífico partido hace siete días en el Camp Nou contra el Betis con los números en la mano, el contraste es sangrante.
En el primer cuarto de hora del partido de la segunda jornada ante el Betis, Griezmann intervino en el juego 23 veces en los primeros 15 minutos de partido. Ayer, en 90 minutos tocó 22 balones. Una miseria.
Ansu Fati, un niño de 16 años, tocó 23 en sólo 45 minutos y marco el gol del empate. Y no tiró confeti. Se limitó a decir “Dios, no puede ser”.
Griezmann no volverá hasta el día del Valencia, un partido en el que ya podrá cohabitar con Messi y Suárez. Con el segundo jugó en la pretemporada y media hora en Bilbao, con la estrella argentina aún no ha interactuado. Por una parte, Griezmann tendrá mejores socios y abandonará la posición de punta de referencia que no es la que más le favorece, pero por otra, deberá regresar a la cara que ofreció ante el Betis y así hacer olvidar el partido de El Sadar, uno de los peores que se le recuerdan desde que está en España.