Ángel escondió el desarrollo de su moto para confundir a Barry Smith
Esa era la estrategia que tenía preparada de cara a su compañero Barry Smith, que también tenía opciones para ganar el título. El mayor interés del neozelandés era comprobar lo que llevaba Ángel como desarrollo: tenía un piñón de salida de trece dientes con una corona de 48. Barry llevaba un piñón idéntico, pero una corona de 44. Cuando se dio cuenta, dijo a su mecánico que montase una corona idéntica. Faltaban pocos minutos para comenzar. Todos los pilotos ya estaban en la parrilla de salida, momento en el que Nieto ordenó a sus mecánicos cambiar la corona de 48 por otra de 46. Visto y no visto. Cuando Smith se dio cuenta, quiso a hacer lo mismo, pero no había tiempo.
La carrera y el título. Se dio la salida y la carrera se desarrolló como estaba previsto. Ángel, gracias a tener un peso menor, podía sacar más jugo a su Derbi. En los ángulos de primera, donde uno de sus adversarios, se había caído, se ayudaba empujando con las piernas para no gastar el embrague. Solo le quedaba vigilar a Barry y controlar a
que iba pisándole los talones. Sabía que terminando segundo sin tener por delante a Toersen y Smith, el título era suyo. Barry se vio obligado a
me decía Nieto después. Cuando atravesó la bandera ajedrezada, los pocos españoles que nos encontrábamos allí lloramos de emoción.
Por fin un español se proclamaba campeón del mundo. La primera vez en la historia. Qué pena que solo estuviésemos informando de aquel acontecimiento Virgilio Hernández Rivadulla (Marca), que había llegado la noche anterior, y el que esto escribe. Vamos, igualito que ahora. No dábamos crédito a lo que estábamos viviendo. Enviar aquella crónica me costó Dios y ayuda. Eran las 23:00 y todavía no había conectado telefónicamente con el periódico. Así funcionaban las comunicaciones. Los télex los habían desmontado en el circuito. Después de picar toda la crónica que llevaba en una cinta perforada. Menos mal que, tras dos horas de espera, pude hablar telefónicamente con los taquígrafos y dictarles una información que, para mí, fue la más importante que había vivido desde los comienzos de mi profesión.
La estrategia