Claves esfuerzo copero

Santi Mina y Murillo vuelven a la que fue su casa

Celades tuvo que echar mano de casi toda su artillería para eliminar a la Cultural, en un partido que acabó en penaltis.

Los entrenadores, junto a los aficionados, son los más sufridores de este mundillo del fútbol. En los partidos, su éxito o fracaso está en manos de los futbolistas; y en época de mercado, salvo cuatro privilegiados con mando en plaza, la última palabra la tienen sus dirigentes. Ellos se dedican a concienciar durante la semana a sus once elegidos para cada partido y en meses como el de enero, a esperar que le traigan algún refuerzo que mejore lo que tiene y, sobre todo, a rezar para que no les vendan a los buenos. Así, Óscar García lleva dos meses preguntándose por qué el talento que tienen sus jugadores no se traduce en resultados (siete jornadas llevan sin ganar) mientras que Celades, aunque Rodrigo sigue con su vida reciente, confesaba ayer a mediodía que deseaba que se acabase “ya este mercado”.

Valencia y Celta protagonizan un duelo de reencuentros.

Celades y Óscar se conocen desde La Masía y cuando ambos dejaron el Camp Nou, uno se fue a Balaídos, otro a Mestalla. Técnicos al margen, Santi Mina y Jeison Murillo vuelven a la que fue su casa, de la que tan cerca estuvieron Denis Suárez y Rafinha y en la que habitan Wass y Maxi Gómez. Hasta la fecha, el cambio de cromos entre Maxi y Mina (14,5 millones a favor vigués) le está saliendo más rentable a los che (10 goles por cuatro), mientras que la explosión de Ferran (protagonista en el 50% de los últimos 18 goles) le da parte de razón a quien creía, llámese Lim, que ni el gallego ni el brasileño eran necesarios.

Con la llegada de Murillo, Óscar ganó en solvencia; con la de Florenzi, Celades en alternativas. El italiano, que entró en la lista, está más apto para debutar que Bradaric o Smolov, que llevan un mes sin competir. El Celta, eso sí, contará con Aspas, indultado por el Comité y que marcó en sus últimas cuatro visitas a Mestalla.