El Unicaja acaba con su ‘bestia negra’
El equipo de Casimiro se medirá con el Andorra Seeley, 29 puntos, fue la estrella
El Unicaja derrotó al Zaragoza, su bestia negra de los últimos años y que había ganado en el Carpena siete de los últimos nueve partidos en que ambos se enfrentaron. La brutal actuación de DJ Seeley (29 puntos y 26 de valoración) no fue suficiente para que los aragoneses pasaran de ronda. Cuando peor lo tenía, el equipo malagueño encontró el camino gracias a una fugaz, pero portentosa, racha de Brizuela y de Jaime Fernández más la sobriedad de Rubén Guerrero, un pívot de 2,13 que cada día es mejor. Además del gafe contra el Zaragoza, el conjunto verde pasa de los cuartos siendo anfitrión tras tres intentos anteriores frustrados, el último de ellos, precisamente, contra el Casademont. El Andorra le espera en unas apasionantes semifinales.
El Zaragoza salió más templado con cuatro puntos de Seeley (5-10, min. 5). Los de Casimiro, con los nervios a flor de piel, se encontraron con dos triples de Adams que cambiaban un ya peligroso 9-16 por un más equilibrado 16-18 (min. 9). El tercer triple de Seeley cerró el primer cuarto con 18-23 y con la sensación de que los de Fisac, para no variar, jugaban como en casa.
Con cuatro españoles (Alberto Díaz, Carlos Suárez, Brizuela y Rubén Guerrero), el Unicaja trataba de encontrar su mejor equilibrio. Pero Seeley seguía en modo ametralladora. El empuje de Díaz dio su primera ventaja a los de casa (33-31 min. 13). Una autocanasta de Rubén Guerrero, jugada inusual, selló el intermedio con 41-48 y con la sensación de control de los aragoneses.
Pero la historia cambió tras la reanudación. El despertar de Brizuela (nueve puntos del tirón) y las pérdidas del Zaragoza (12) dieron la vuelta al marcador. El tercer cuarto se cerró con un impensable 69-63; 26-15 de parcial.
El tramo final trajo otro despertar, el de Jaime Fernández (74-67 min. 33). Seeley volvió a la pista para tratar de voltear el bajonazo de su equipo. Cinco puntos de rigor (76-72).
El Unicaja había encontrado su camino con Guerrero creciendo bajo aros. De nuevo Fisac pidió oxígeno con 78-72 a falta de 5:24 para el final. El equipo malagueño llegó a un interesante 83-74. Su máximo margen. Desde ese instante, el Zaragoza, a ritmo, cómo no, de Seeley, quiso recuperar el tiempo perdido. Pero era demasiado tarde. El Unicaja se llevó una sufrida victoria.
Las claves Una gran racha de Brizuela y las pérdidas del Zaragoza