Cornellà afina la voz con el “sí se puede”
600 pericos arroparon al Espanyol en la sesión de entrenamiento previa a su ‘final’ de hoy
minutos después del horario previsto porque tenían sesión de vídeo (la obligación sobre la devoción), cuando los futbolistas y el cuerpo técnico de Abelardo Fernández irrumpieron sobre el césped. Instantes antes, cuando las cámaras empezaron a enfocar el túnel de vestuarios, se había hecho el silencio, acaso un murmullo, que viró hacia un estallido en el momento de comparecer en el RCDE Stadium.
Palmas, gritos de ánimo, bengalas blanquiazules (de esas prohibidas ya desde hace años en los partidos pero envueltas en un vacío legal para encenderlas en un entrenamiento), bufandeo como el que habrá hoy instantes antes del pitido inicial y cánticos agasajaron a unos jugadores que, primero inmóviles sobre el terreno de juego casi como tímidos ante tal recibimiento y después lanzando balones a la grada, encajaron como una descarga de energía para su pulso a la salvación.
“Con el sol se alzarán las banderas…”, “Barcelona, sólo blanquiazul” u “Orgulloso de ser perico” fueron algunas de las melodías, como también la ovación a Raúl de Tomás, el héroe exprés, aunque la estrella indudablemente fue la consigna de esta lucha por el milagro de la permanencia a la que no renuncia ningún perico: “Sí se puede”. Si hoy se vuelve a escuchar a eso de las seis menos cuarto será una enorme señal para un Espanyol que se aferra a la vida en Primera.
Bufandeo Hoy, antes del saque inicial, se agitarán las bufandas al viento