Cortina ya está aquí
El prometedor ciclista asturiano consigue un meritorio triunfo ante Sagan
Iván García Cortina lleva años apareciendo en las listas de corredores españoles que deben ser los nombres propios del futuro. Y el asturiano, de 24 años, responde a esas expectativas subiendo escalones de una carrera que parece llevarle a ser un fantástico cazaetapas con virtudes de velocista y clasicómano. En esa evolución, ayer logró dar otro paso de gigante al apuntarse la tercera etapa de la París-Niza, un triunfo World Tour con más mérito si cabe por los rivales a los que superó.
Un triunfo al esprint en una llegada que parecía destinada a uno de los mejores corredores de la última década, Peter Sagan. Los últimos metros, con una ligera subida, eran propicios para que el eslovaco celebrase con los brazos en alto los diez años de su primera victoria, con la que se dio a conocer en la élite en esta prueba francesa. Tanto Sagan como Cortina se habían dejado ver en los últimos kilómetros de otra jornada infernal marcada por la lluvia, el viento y las caídas. Tenían buenas piernas.
Pero para ese tramo final, además de fuerza, hacía falta habilidad. Sobre todo para esquivar una dura caída que se produjo en la última recta y que dejó maltrecho en el suelo a Sam Bennett. Lo que pudo ser un percance para el español, pareció abrirle el hueco para que pudiera lanzar su bicicleta. El asturiano, que se siente bien cuando la climatología exige, arrancó con una potencia tremenda que le llevó a ganar posiciones hasta colocarse en la primera posición. A uno de los que pasó fue a Sagan, al que se le resiste la primera victoria del año y cuyas fuerzas sólo le dieron para agarrarse a la rueda y comprobar en primera persona cómo el asturiano levantaba los brazos. Quinto triunfo español de 2020, pero el primero en World Tour.
“Nunca imaginé que batiría a Sagan, es una victoria hermosa”, aseguró luego el asturiano, que recibió todo tipo de elogios, incluido el del seleccionador de fútbol, Luis Enrique, un gran aficionado, en las redes. Menos lucido fue el protocolo de podio, ya que la prevención del coronavirus que tanto ha mermado la participación también enrareció la ceremonia. Una anécdota en el gran día de este corredor que ya en 2019 fue protagonista en varias clásicas como la París-Roubaix, donde una caída en el tramo final le dejó sin opciones cuando la prueba estaba seleccionada, y en la que también estrenó su casillero con una victoria en otra cita World Tour, California.
En cuanto a la general, hoy etapa clave: una contrarreloj de 15,1 km en Saint-Amand-Montrond donde Maximilian Schachmann aspira a defender su maillot de líder.