La ansiada Séptima llegó con Lorenzo Sanz
32 años después, el Real Madrid conquistó la Copa de Europa con un gol de Mijatovic en la final de Ámsterdam
La Séptima Copa de Europa del Real Madrid se fraguó bajó los designios de Lorenzo Sanz y llegó al Bernabéu después de 32 años de sequía europea. Así se gestó...
En verano de aquel 1997, Jupp Heynckes sustituyó a Fabio Capello al frente del Madrid después de que el italiano y Sanz hubieran acumulado desencuentros. Como entrenador, Heynckes había comenzado en su Borussia (1978-87) antes de pasar al Bayern (1988-90). Actuó como entrenador del Athletic (1992-94), regresó a su país (Eintracht) y retornó a España para hacerse cargo del Tenerife (1995-97). Tenía, por tanto, experiencia en el fútbol español y buena imagen por la labor desarrollada en Bilbao y Tenerife. Un aval.
El fichaje de la temporada fue Christian Karembeu, que había quedado atado el año anterior, pero las intromisiones del Barça crearon una expectación inusitada. Gaspart llegó a declarar: “Queremos perjudicar deportivamente al Madrid”. Luego nadie se explicaría tanta lucha de despachos por un futbolista, honrado profesional, pero que no era ni mucho menos un crack. Además llegaron dos delanteros centros: Morientes y Canabal. Por último, se incorporó Savio. El grueso de la plantilla estaba formado por el equipo campeón de Liga, el formado por Capello. Eran los Mijatovic, Suker, Seedorf, Roberto Carlos, Raúl...
Antes, habría un proceso electoral. Lorenzo Sanz comunicó el 2 de julio que convocaría elecciones aprovechando la Asamblea que tendría lugar a primeros de septiembre. Reglamentariamente los socios acudirían a las urnas a finales de octubre. La reunión de la junta directiva celebrada ese día fue dura, larga, tensa y llena de reproches, según comunicó Antonio Méndez, portavoz de la misma. Ignacio Silva volvió a plantear su incompatibilidad con Onieva y, según comentarios off the record, diez de los doce directivos asistentes
El presidente cumplió. Sanz prometió el 23 de julio de 1997, día de la presentación del equipo, la Séptima. Al final de campaña su promesa se hizo realidad en Ámsterdam y el equipo salvó así una campaña que en las demás competiciones no había sido buena.
solicitaron a Sanz el cese de Onieva sin ser atendidos por el presidente. La crisis se extendía con manifestaciones de unos y otros en los medios. Sanz se marchó al Caribe de vacaciones y sus hombres se acuchillaban a diario en periódicos y emisoras. Nada bueno podía salir de ello para el club.
El 17 de julio dimitió Silva y una semana más tarde también presentaba su dimisión el vicepresidente Juan Palacios Serrano. Por fin, el 4 de octubre se fijó como fecha de las elecciones. No hubo más candidato presidencial que Lorenzo Sanz y por tanto fue proclamado por la Junta Electoral presidente del club por un periodo de cuatro años.
Confirmado en el sillón presidencial, Sanz vivió un año de contrastes en lo deportivo. La trayectoria en el Campeonato de Liga fue irregular. El equipo no respondía a las expectativas despertadas y el público asistente al Bernabéu se mostró primero desconcertado, luego crítico y por último enfadado con sus hombres, acuñándose en términos peyorativo la de los Ferraris...
En medio de un pesimismo generalizado se fueron superando las diversas fases de la Champions. Europa fue otra cosa. En la primera liguilla el Madrid inició la competición con triunfo ante el Rosenborg (4-1). Se derrotó al Oporto en Das Antas (0-2) antes de golear al Panathinaikos en Chamartín (5-1). Las dudas y vacilaciones de la Liga no se mostraban aquí. Se consiguió un empate en el Olímpico de Atenas (0-0), pero el viaje a Noruega resultó un fracaso y la derrota (2-0) se produjo con un pésimo juego madridista. Pese a todo, la clasificación se consiguió el día 10 de diciembre. con un brillante 4-0 a los portugueses.
Tras la pausa invernal vinieron las eliminatorias. Primero ante el Bayer Leverkusen, con el que se empató en Alemania gracias a un Karembeu que rindió en Europa mucho mejor que en Liga. El encuentro de vuelta no tuvo color. La superioridad blanca se tradujo en la consecución de tres goles. En semifinales se produjo un nuevo duelo hispano-germano. Esta vez el adversario era el vigente campeón, el Borussia Dortmund. La eliminatoria estuvo marcada por el famoso incidente de la portería en el Bernabéu... Los ultras del Fondo Sur derribaron la portería y el encuentro tuvo que retrasarse. Una hora más tarde aparece una nueva portería traída desde la Ciudad Deportiva. Con un retraso de 75 minutos el balón comienza a rodar. Morientes y el sorprendente Karembeu marcaron la diferencia, pero las sanciones de la UEFA fueron muy duras. Dos semanas después se lograba el acceso a la final empatando sin goles en el Westfalenstadion. Objetivo cumplido.
Mientras, en Liga se había conseguido la cuarta plaza, que por entonces no daba acceso a la Champions, y jugar la siguiente Champions que quedaba a expensas del desenlace de la final, programada el 20 de mayo en el Amsterdam Arena. Hubo intentos de cambiar el escenario por considerarlo insuficiente para acoger a las dos hinchadas de los finalistas. El nuevo coliseo holandés sólo disponía de 52.000 localidades y la demanda superaba
Quinta
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