Butarque apesta a azufre
El Sevilla desnudó a un Leganés deshilachado y se asienta en puestos de Champions ● Recital goleador de Óliver
El Sevilla certificó el trámite de Butarque frente a un Leganés en el que cada día en la oficina es como tumbarse en la parrilla de San Lorenzo. Sufrimiento sin redención. El pestazo a azufre lo impregna todo y ya ni los regalos rivales (la goleada del Mallorca) insuflan oxígeno al enfermo. Autopista al infierno por la que aceleraron los hispalenses, que se consolidan en la cuarta plaza con Óliver (doblete) de héroe.
En la villa del Leganés, manda el reinado del desatino. Desgracia con monarca rotatorio. Esta vez le tocó a
Omeruo, que se lesionó apenas apretó por primera vez para lucharle la carrera a En Nesyri, titular en la que fue su pradera y a la que regresó con motivaciones desatadas en tres letras: gol. No lo logró, pero en ese primer sprint (2’) casi le regala el 0-1 a Suso. Fue una acción que condensó la esencia del partido. Facilidad, intensidad y desborde en un bando (el Sevilla, obvio), la nada en el contrario (el Leganés, obvio).
Y eso que los pepineros gozaron de minutos de balón amurallados en la disciplina de su indolencia. Mucho orden, poco colmillo. En la portería rival porque de donde no hay, no se puede sacar. Roque tuvo dos lejanas y Guerrero, ya con 0-1, se desesperó por ver cómo Vaclik (34’) le quitaba un buen cabezazo a centro de Bryan, uno de los tres sevillistas cedidos que salió de inicio en el valiente once de Aguirre (4-3-3). Tampoco hay garra en el área propia.
La defensa es arena que se escurre entre los dedos. El 0-1 pornografió sus carencias. Óliver Torres cazó en la frontal un mal despeje de córner (23’) y disparó a puerta desde fuera del área. Su segundo tanto llegó en otra verbena defensiva en la que taconeó Navas para servirle el 0-2 dentro del área. Todo demasiado fácil. Demasiado triste. La papilla ya estaba lista, pero apretó el Sevilla tratando de restarle grumos al caldo y lucir una goleada. En Nesyri tuvo de nuevo su ocasión, pero Cuéllar le adivinó el remate. Su obra la certificó con un gol de salón y latigazo sereno. Rúbrica a un triunfo cómodo y abismal.
Bryan Gil Uno de los tres sevillistas cedidos... fue de los mejores de Aguirre