AS (Sevilla)

El marsellés cerró con doce triunfos la 2015-16

El Madrid llegó a estar a 12 puntos del Barça tras perder ante el Atleti en la jornada 26 Terminó el campeonato a un solo punto del líder...

- SERGIO SANTOS /

Pues Zidane aparece estas últimas semanas con la toga de profesor puesta. No le basta con que sus hombres saquen una nota decente en esta Liga, que ya asoma por el horizonte descampado del Di Stéfano. Quiere una nota alta, la mejor de la promoción. Quiere que sea una Liga para presumir y, para ello, ganar los 11 partidos consecutiv­os a la vuelta de la cuarentena sería digno de recordar. No olvidemos que esta será para siempre la 1ª Liga del Coronaviru­s, con lo que conviene adornar el trofeo con todos los lujos estadístic­os y futbolísti­cos imaginable­s.

Zizou no quiere que sea una Liga más. Desea que nadie le ponga pegas, más allá de las lloreras del VAR instaladas al otro lado del puente aéreo (¡hasta Bartomeu se queja!).

Por eso le ha dicho a sus chicos, textualmen­te, “nos quedan cuatro finales y hay que ir a ganarlas todas”. Terminar siendo campeones con 89 puntos sería un exitazo. Nada de confianzas. La EvAU no perdona.

Zidane es un especialis­ta en motivar a su plantilla cuando se afronta la fase decisiva de la temporada. Lo demostró en las tres Champions consecutiv­as, en la Liga lograda en la 2016-17 y también en su estreno como técnico de la primera plantilla, en la 201516. Ese curso lo cerró levantando su primera Copa de Europa como técnico, pero eso no le impidió exigir al Barcelona hasta el final en una Liga que se puso muy cuesta arriba.

El francés sustituyó a Rafa Benítez en la jornada 18, con el Madrid tercero a cinco puntos del Barcelona y a cuatro del Atlético. La cosa empeoró aún más en sus primeros meses, porque los blancos terminaron la jornada 26 a 12 puntos del Barça después de caer derrotados en el derbi frente al Atleti en el Bernabéu (0-1).

Vivos todavía en la Champions y con el campeonato liguero casi imposible, era difícil motivar a los jugadores para no dejarse ir en la competició­n doméstica. Zidane lo consiguió. Una reacción construida en una decisión clave: darle a Casemiro la titularida­d. Desde que el brasileño se convirtió en indiscutib­le el equipo despegó. Comenzó con una victoria contra el Levante en el Ciutat (1-3) y le siguieron once más: Celta (7-1), Las Palmas (1-2), Sevilla (4-0), Barcelona (1-2), con el Eibar (4-0), Getafe (1-5), Villarreal (3-0), Rayo (2-3), Real Sociedad (01), Valencia (3-2) y Deportivo (0-2). En estos 12 triunfos consecutiv­os los de Zidane registraro­n un espectacul­ar balance de 39 goles a favor y sólo nueve en contra...

Un punto. Esta espectacul­ar racha no le sirvió al Real Madrid para ganar LaLiga, aunque exigieron al Barcelona hasta la última jornada. Cerraron el campeonato a un solo punto de los blaugrana a pesar de que la distancia había sido de 12 al comenzar la jornada 27. Este final de campeonato provocó que Zidane empezara a vincular su nombre con los récords desde el inicio. Fue la mejor racha de un entrenador debutante en Liga, igualando a Pellegrini y superando a Tito Vilanova (11), Juande Ramos y Guardiola (10).

El francés cerró su primera Liga como técnico del Real Madrid con un balance total de 53 puntos de 60 posibles, con 17 triunfos, dos empates y únicamente una derrota (63 goles a favor y 16 en contra).

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Zidane, en una imagen de archivo.

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