Ocampos, el crack multiusos
El argentino marcó el gol del triunfo ante el Eibar y evitó, de portero, el empate armero
No fue la primera vez que Lucas Ocampos se vistió de héroe desde que llegó al Sevilla. Pero su aparición estelar ante el Eibar fue más allá del brillo estándar de un jugador que tiende a marcar las diferencias sobre el campo. Él las marcó en el área rival y en la propia. Marcó un excepcional tanto y salvó con sus manos el empate en la última jugada del choque del Pizjuán. Así lo quiso el destino. Vaclik chocó contra Kike García y su rodilla izquierda dijo basta. No tardó Ocampos en levantar el brazo y ofrecerse voluntario. Su atrevimiento fue tal que ningún compañero discrepó. Se puso la camiseta del checo con 1-0 a favor y un saque de banda en contra en pleno descuento. “El entrenador de porteros me dijo que no saliera, y así lo hice”, explicó el argentino sobre ese instante que recordará siempre. Dmitrovic, el único portero que había sobre el césped, remató y él intervino con una parada que vale tres puntos.
“Da gusto ganar así”, precisó el argentino, convertido en crack multiusos de este Sevilla.
La irrupción de Ocampos no es ninguna casualidad. Es el debutante más goleador de LaLiga, con trece tantos. Ante el Eibar intercambió su habitual posición del flanco derecho del ataque para sorprender a su rival con irrupciones por la izquierda. Y así se asoció con Navas para ser determinante. Esa banda derecha es la que más goles genera del campeonato. Ocampos se adapta a cualquiera de las dos bandas. Tomó la derecha a inicios de curso para ser determinante por delante de Navas. Luego varió de sitio para dejar hueco a Suso y también siguió siendo clave en este Sevilla. Su parada como portero improvisado reflejan un carácter competitivo que es puro oro para el plantel de Lopetegui. Lo jugó casi todo esta campaña (roza ya los 3.000 minutos) y su valentía es uno de los sellos del conjunto nervionense en su misión de alcanzar una plaza en la próxima Champions.
En otro orden, el Sevilla ya mira de reojo a un verano en el que habrá pretendientes para uno de los jugadores de moda de LaLiga. Los quince millones pagados por Monchi el pasado verano parecen ahora calderilla en vistas a un rendimiento que entregó muchos puntos y que le hizo incluso ganarse un billete para ir con la selección argentina.
Lopetegui, mientras, sonríe. Sabe que ha fabricado una sociedad casi perfecta con la unión Navas-Ocampos. El palaciego es una garantía inagotable. El argentino, una fuente de fiabilidad. Hasta de portero.