Morcillo pide paso para abrir LaLiga como titular
El Athletic y el Eibar empatan en su último ensayo
Morcillo pide paso y ha metido en un bendito aprieto a Gaizka Garitano. El extremo izquierdo de la cantera de Lezama, autor el año pasado con el filial de diez goles y ocho asistencias, ha sido la mejor noticia de las probaturas de pretemporada, una gozada en estos tiempos de fichajes que llegan con cuentagotas en el Athletic. Está tocado por una varita mágica y le sale todo. Ya puede aprovechar el momento.
Jugador veloz, de uno contra uno, que pone centros como los ángeles y dispara con descaro en cuanto tiene ocasión, si la pretemporada sirve para algo, Morcillo tendría asegurada la titularidad en el comienzo de LaLiga en Granada el viernes. Porque, además, Córdoba, el dueño de esa posición en el ala zurda, se ha perdido media travesía en agosto por culpa de un positivo. Los leones cerraron los ensayos prácticamente con el once de gala (sólo faltaban Unai Simón y Capa), ofreciendo una doble cara: sólidos y dominantes en el primer tiempo, y con la lengua fuera en el segundo, en el que se dejaron ir un poco por el 2-0. Empate para poner el broche ante un Eibar con muchos chavales. Hubo desajustes y cansancio tras el descanso, cuando el amistoso cayó una barbaridad.
Una vez más, casi todo lo que sucedió llevó el sello de Morci, que así se hace identificar en la camiseta. Sus centros al área y sus disparos desatascaron el derbi. También es verdad que contribuyó a su lucimiento un Yoel fuera de forma y en una matinal nefasta. Un centro del extremo de Amorebieta no lo supo atrapar el meta armero tras un bote y Raúl García, siempre feroz en el área, anotó su primer gol de la pretemporada. Era el minuto 10. El excolchonero fue intercambiando la posición por casi todo el frente de ataque. Y Williams se estrenó en partidos de preparación. Estuvo fallón.
Una falta en tres cuartos en el 28’ confirmó que era un mal día para Yoel. Balenziaga pisó la bola, que agarró Morcillo y anotó tras cantada del meta vigués, pues iba bien centrada.
En la segunda parte, muy tediosa, el Eibar tuvo dos llegadas y en las dos marcó. Cambió el paisaje Quique González, que marcó de un duro zapatazo lejano. Y empató Pedro León tras disparar un balón lateral que golpeó en Urain.
La Real Sociedad cerró la pretemporada con una doble cita, cambiando los protagonistas en cada una. Por la mañana, los chavales en Zubieta ante el Alavés; por la noche, los primeros espadas se llevaron la Euskal Herriko Txapela ante Osasuna, que no había perdido en sus tres compromisos anteriores y que cayó por un tanto de penalti de William José.
Zaldua desfiló lesionado en un choque que comenzó con dominio local y un Osasuna peligroso cuando robaba el balón.
En el preámbulo matinal, Real y Alavés empataron en un partido marcado por la alineación txuri-urdin, plagada de potrillos de Zubieta que compitieron contra el férreo engranaje defensivo que plantean siempre los equipos de Machín. Marcaron Bautista y Aldasoro para los realistas y los puntas del Alavés, Lucas Pérez y Joselu, para neutralizar los goles locales. Ambos entrenadores aprovecharon la ocasión para dar 90 minutos a la mayoría de los jugadores que participaron en el amistoso.
Fue un derbi descafeinado, porque es cierto que el Alavés sí presentó una idea que puede parecerse a lo que se vea en su estreno liguero contra el Betis, jugando con defensa de cinco y con futbolistas con aire de titulares. Pero la Real afrontó el choque con ocho del filial y sólo Moyá, Sagnan y Bautista del primer equipo. Y ninguno de los tres parten de inicio como candidatos al once de salida.