Gipuzkoa está d
Los héroes vuelven a casa tras una larga noche de celebración La pandem
La Real Sociedad anunció ayer que no organizará ningún acto de celebración del título de la Copa del Rey logrado el sábado en Sevilla, debido a la situación sanitaria. Tras las tristes escenas de la salida del equipo el viernes y la batalla campal en Bilbao el mismo sábado a media tarde, el club txuri-urdin explicó que entiende “la necesidad y obligación de cumplir todas las medidas de seguridad y sanitarias” establecidas para controlar la propagación de la COVID-19, motivo por el que “no habrá ningún acto especial tras la consecución de la Copa del Rey”.
La imagen de la Copa fue la de Imanol vestido de hincha tras la rueda prensa y cantando exaltado. El equipo realizó una fiesta interna y privada, por todo lo alto y sin restricciones, eso sí. Iba a tocarla otra vez el Búfalo Villalibre y al final fue Illarramendi. El capitán de la Real, lesionado en la previa, se convirtió en el improvisado líder de la fiesta en el hotel de concentración en Sevilla. Festejo con jugadores, cuerpo técnico y unos cuantos directivos, dentro de la ya famosa burbuja por la situación del coronavirus que atravesamos. La
Copa del Rey presidió la cena de la victoria toda la noche, que se alargó hasta el amanecer. Las caras de los jugadores de la Real al salir de su hotel para montarse en el autocar que les llevó hasta el aeropuerto de Sevilla para volver a casa les delataba. La noche de la celebración fue larga. Ojeras, afonía, voz ronca y sonrisas de oreja a oreja. Algunos reconocían que habían intentado conciliar un poco el sueño, pero que no lo habían conseguido. ¿Cómo iba a poder dormir alguien cuando 34 años después logras llevar una Copa a las vitrinas de tu club?
El único contacto de los jugadores con los aficionados tuvo lugar en Sevilla, en la entrada del hotel de la Real, cuando iban a subir al autocar. Fueron momentos muy emotivos, protagonizados por una decena de miembros de la Peña Realista El Sur, la agrupación de aficionados de la Real en Sevilla. “Ha sido increíble este momento, hemos podido aplaudir, saludar y felicitar a todos los jugadores, de una forma que seguramente en condiciones normales no hubiéramos podido hacer”, decía uno de sus miembros, Ion Urrestarazu, a AS.
La Ertzaintza, viendo el precedente de las desmadradas despedidas en Zubieta y Lezama antes de la final, cortó los accesos al aeropuerto de Hondarribia y a las instalaciones de la Real. Y las instituciones de Gipuzkoa, el Ayuntamiento de San Sebastián y la Diputación actuaron con sentido común y suspendieron cualquier reconocimiento. Si se trata de evitar aglomeraciones y celebraciones
Ertzaintza Tras los desmadres del viernes y del sábado, cortó el paso al aeropuerto