Un Madrid sin defensa y un Getafe sin ataque
Sin Mendy, Zidane pierde a toda su zaga titular. Jugará Chust
El fútbol es a menudo una ciencia oculta. De pronto, sin explicación razonable, sin que se marche un delantero de 40 goles, sin que se desmantele una plantilla, sin que sobrevenga una descarga brutal de lesiones, sin que se baje del barco un entrenador de éxito, un equipo se derrumba. No hay razón aparente, pero sucede. Es una muerte súbita. Ocurre en el Getafe. Lo explicaba esta semana Mata, que el curso pasado metió 14 goles y ahora lleva seis: “Puede ocurrir que haciendo el mismo trabajo los resultados sean distintos”.
Dramáticamente distintos, cabría decir en este caso. Hace un año, a estas alturas, el Getafe era quinto, con 48 puntos, a cuatro de la Champions, y había metido 39 goles. Ahora es decimoquinto, sólo cuatro puntos por encima del descenso (tiene 30), con el Himalaya de Madrid y Barça pendiente, y suma sólo 22 tantos, el peor registro de Primera. No hay razones aparentes para el cataclismo. Continúa Bordalás, que en las tres temporadas en Primera le ha dejado dos veces octavo y una quinto. Y no ha habido desbandada de futbolistas por la crisis. De los doce más utilizados la campaña pasada sólo ha salido Jorge Molina. Al contrario. En verano llegaron jugadores reputados como Cucho Hernández o Ünal y en invierno, a la vista de la emergencia, promesas/casi realidades como Aleñá o Kubo.
Odriozola si Zidane pretende suturar la otra herida, la baja de Casemiro, expulsado ante el Barça. Valverde podría ser el tercer hombre en el centro del campo. Si repite como lateral derecho, Isco se haría sitio.
Al francés, que sólo pudo convocar a 14 futbolistas de la primera plantilla, dos de ellos porteros, se le pone imposible la rotación cuando al Madrid le esperan otros cuatro partidos en diez días (Getafe, Cádiz, Betis, Chelsea es la secuencia). La extenuación marcará el camino a la gloria.
Getafe Hace un año era quinto, ahora le ronda el descenso