Con la retaguardia en cuadro
El Madrid visita con sólo cuatro zagueros a un Getafe que ha cambiado con Kubo y Aleñá
Este Getafe de la 2020-21 es diferente a su anterior versión con Bordalás. Ha cambiado el caudal ofensivo y ahora le cuesta un mundo crear ocasiones de gol. La llegada de Kubo y Aleñá ha motivado un giro de estilo y dibujo...
y Champions, pero con un calendario asfixiante. La visita a un Getafe necesitado de puntos es la siguiente parada para los blancos.
Irregular. Un Getafe menos Bordalás en esta temporada. El alicantino, tras unas campañas casi inmejorables con los azulones, no ha terminado de encontrar la tecla adecuada este curso. Se ha visto a un equipo más irregular en el rendimiento, con la línea y el bloque unos metros más atrás de lo que era habitual y mucho menos agresivo en la presión adelantada y menos ganador en los duelos. Antes en sus partidos casi siempre se jugaba a lo que más les interesaba. Los encuentros se convertían en una sucesión de acciones de juego directo, segundas jugadas y transiciones donde se sentían muy cómodos.
Cambios. Pero lo que más ha cambiado en este curso es el caudal ofensivo. Era un equipo que atacaba vertical, viviendo en el campo del oponente, que conectaba mucho con los delanteros y que cargaba el área con muchos futbolistas ante el centro lateral. Este año al Getafe le cuesta un mundo generar situaciones de gol y transformarlas. Con la llegada de Aleñá y Kubo en invierno se ha tratado de dar una vuelta de tuerca al estilo y a la manera de progresar en el ataque, incluso al dibujo. Lo habitual era el 1-4-4-2 y últimamente el Geta está jugando con 1-4-2-3-1, incluyendo tanto a Aleñá como a Kubo. Esto le da un plus en el juego interior y en el control, pero también ha perdido algo de esencia esa fortaleza defensiva y en los duelos a la hora de defender hacia adelante.