Cuestión de Estado
Todos los Gobiernos implicados se pronunciaron en contra de la Superliga ● Desde la Comisión Europea hasta el Príncipe William mostraron su rechazo
Las reacciones negativas a la nueva Superliga se han sucedido por todo el continente y desde diferentes sectores de la sociedad, pero uno de los más importantes ha sido el de la política. El vicepresidente de la Comisión para el Estilo de Vida Europeo, el griego Margaritis Schinas, se había posicionado en contra con un tuit: “Debemos defender un modelo europeo de deporte basado en valores, basado en la diversidad y la inclusión. No hay margen para reservarlo para los pocos clubes ricos y poderosos que quieren estrechar lazos con todo lo que representan las asociaciones”. Un discurso que repitió David Sassoli, presidente del Parlamento Europeo.
Por otra parte, los Gobiernos nacionales se han opuesto rotundamente a la Superliga, empezando por el español, por entender que ha sido pensada y propuesta sin contar con las organizaciones representativas de este deporte, tanto a nivel nacional como internacional. El Gobierno de España, a través de su ministro de Cultura y Deporte, ha defendido que debe volverse a la senda del diálogo para conseguir una solución pactada que sea conveniente al fútbol y ha constatado, en las conversaciones que tuvieron ayer con la UEFA, RFEF, LaLiga y los presidentes de Barcelona, Real Madrid y Atlético que todas las partes están dispuestas a ello. Jose Manuel Franco, actual presidente del Consejo Superior de Deportes, apostó por la cautela a la hora de opinar sobre la Superliga de fútbol: “Es prematuro pronunciarse, vamos a escuchar a todas las partes”.
El resto de Gobiernos europeos implicados también se han pronunciado en la misma línea e incluso con más contundencia. El ministro de Cultura británico, Oliver Dowden, se unió al rechazo de Boris Johnson del domingo en su intervención en el Parlamento: “No toleraremos que el fútbol sea despojado cobardemente de las cosas que lo hace el deporte más querido por millones alrededor del país. Al igual que el Gobierno no dudaría en tomar acciones cuando otros aspectos de nuestra vida nacional están bajo amenaza, tampoco dudaremos en proteger una de nuestras instituciones nacionales, el fútbol”. Mario Draghi, primer ministro italiano, declaró que ”el Gobierno sigue de cerca el debate en torno al proyecto de fútbol de la Superliga y apoya firmemente las posiciones de las autoridades del fútbol italianas y europeas para preservar las competiciones nacionales, los valores de mérito y la función social del deporte”. Hasta el Príncipe William opinó: “Comparto las preocupaciones de los fanáticos sobre la propuesta de la Superliga y el daño que corre el riesgo de causar al juego que amamos”. Jean-Michel Blanquer, ministro de Deportes francés, sentenció con “es una línea roja, nos oponemos a la Superliga”.
El Gobierno español se opone a la idea inicial y anima a un diálogo entre las partes para llegar a un acuerdo beneficioso para todos.