Cala impide la victoria blanquivioleta en Zorrilla
Plano adelantó a los locales, pero el central puso las tablas
EI Real Valladolid se ha olvidado de lo que es ganar un partido. No lo hace desde mediados de marzo y acumula una sola victoria en los últimos 15 encuentros. Con esos números resulta muy difícil pensar en la permanencia. Ayer, los de Sergio González cosecharon su decimocuarto empate y vuelven al descenso ante un Cádiz que, jugando al ralentí, logró un punto, un paso más en su carrera hacia la salvación.
Y eso que los blanquivioletas salieron con brío, demostrando que ellos se jugaban más que su rival. Los gaditanos, con un ritmo lento y pesado, no generaban peligro y sólo Alejo parecía ponerle algo de sal al ataque de Cervera, mientras que los de Sergio González se apoyaron en la sociedad Plano-Weissman para crear ocasiones. Primero la tuvo el madrileño y después el israelí, pero ambos se estrellaron en Ledesma. El portero argentino, sin embargo, no logró detener una bonita jugada trenzada entre Alcaraz, Weissman y Plano, que terminó el 10 pucelano con su golpeo a la red. No se paró ahí el equipo local que buscó con ahínco doblar su ventaja. Joaquín tuvo dos ocasiones claras a balón parado, pero no acertó, y todavía en la última jugada de la primera parte a Ledesma se le escapó un balón botado de córner y Marcos André recogió el rechace, pero estrelló el balón en el cuerpo del argentino. Había merecido más el Valladolid, pero se iba con 1-0 al vestuario y los fantasmas volvían a sobrevolar Zorrilla.
De hecho, volvieron, porque incomprensiblemente, los pucelanos bajaron las pulsaciones al partido, donde las tenía el Cádiz. No se metió atrás, pero careció de colmillo para sentenciar el partido ante lo que el equipo amarillo, mejorado con los cambios, buscó la portería de Roberto. No con mucha ambición, ni fútbol, pero sí con fuerza como para forzar cuatro córners y marcar en uno de ellos por mediación de Cala.