Juguemos con la receta del Liverpool

Por duro que sea asumirlo, la Liga se extravió en los 180 minutos jugados ante Getafe y Betis. Hay que resetearse y utilizar el mismo argumento temporal para rescatar la moral alicaída de la tropa de Zidane. Porque son precisamente 180 minutos los que separan al madridismo de un sueño que está al alcance: jugar la final de Estambul el 29 de mayo. No olviden que sería la quinta final de Champions en las últimas ocho ediciones. Eso se llama periodo hegemónico. Y tendría un valor añadido si analizamos el contexto en el que lograría el hito. Me consta que Ceferin no quiere ver ni en pintura a los blancos en la capital turca, lo que refleja su cobardía moral. Si usted tiene un problema con Florentino, siéntese con él a comer en una mesa como dos personas civilizadas y resuelvan sus diferencias. Hablando se entiende la gente.

Pero al Madrid déjele usted tranquilo. Entiendo que un esloveno jamás imaginará al Maribor, el mejor equipo de este bonito país, ser campeón de la Champions. Pero la envidia es mala compañera de viaje. Usted no viva con odio ni rencor, mire el vídeo completo de la historia de la Copa de Europa y seguro que después querrá hacerse socio del mejor club de la historia del fútbol. Medítelo, buen hombre...

Por eso, lo que deben hacer Zizou y sus hombres es rescatar el espíritu con el que jugó ante el Liverpool en el Di Stéfano. Ante el Chelsea hay que ir al ataque, con valentía y luciendo el 13 de las mangas de su camiseta europea. Los londinenses han crecido mucho con Tuchel, pero cuando Casemiro, Kroos, Modric o Karim salten al campo, todo volverá a la bendita normalidad.